RECUERDOS DE UN FANTASMA

Capítulo 34: Flores azules y grises

La duda es algo que existe en todas las personas, algo que es inevitable, ninguna persona está 100% segura de las cosas hasta que descubre la verdad, por eso es que la verdad te libera de esa carga llamada duda, que a veces crece como una bola de nieve, existen dos opciones para detenerla, ser vos mismo el que la detiene o esperar a que choque y se rompa y será ahí donde la verdad salga a la luz.

Este día los chicos no tenían colegio, así que Carolina y Noemí aprovecharon y salieron de compras, más bien la chica de cabello azul obligo a su amiga a acompañarla a salir de compras pero como que a la chica de cabello oscuro brillante le fue gustando la idea y se divirtió mucho al final en las pocas tiendas que pudieron recorrer ya que no había mucho que ver en el pueblo. Cuando estaban saliendo de una tienda Carolina ve a Valentín en una esquina así que se va hasta donde está el junto con su amiga.

- Hola Valen

- Hola Caro, hola Noemí ¿Cómo están hoy?

- Bien, de compras como estas viendo ¿y vos? – Noemí solo se limitó a saludar con la mano

- Bien iba para lo de Elizabeth

- ¿Y a qué vas a lo de Elizabeth? – pregunto Noemí, la cual se vio muy interesada en la chica de ojos grises

- Voy porque quedamos en juntarnos a almorzar ¿Quieren venir?

- No lo sé Caro – dice Noemí

- Si claro que si vamos a ir, no me podes fallar Noé – insiste su amiga

- Está bien, si vamos

Ya en casa de Elizabeth, los chicos pusieron la plata para comprar la comida, y dijeron que Timoteo iba a traer para la bebida y que tenían que ir a buscar a Salome y Mora, así que Carolina y Valentín se fueron a buscarlas y de paso comprar las cosas, Noemí se quedó con Elizabeth y por un largo rato no hablaron solo se miraban y notaban que la otra también la estaba mirando, era claro que algo pasaba entre ellas pero que no se animaban a decir lo que estaban sintiendo.

- Y princesa te animas a comer con nosotros la clase baja – dice sarcásticamente Elizabeth

- Solo vine porque me lo pidió Carolina, si fuera por mí no hubiera venido

- Espera ¿tu enserio piensas así? – Elizabeth se sorprende por la actitud de Noemí – sabes yo dude siempre sobre tu forma de ser pero ahora veo que sos la misma chica que se muestra ante los demás

- ¿A qué te refieres?

- A que te crees superior que los demás – ambas se acercan y la chica de los ojos grises levanta la voz

- No es que me crea, yo lo soy

- ¡Ves! A eso me refiero nadie es superior a nadie, todos somos iguales

- Es que tú no me entiendes yo me crie de una forma muy distinta a los demás

- ¿Y por eso ya eres superior a los demás?

- No es así, es que yo pienso que puedo llegar muy lejos porque lo siento y porque siempre me dijeron que lo iba a hacer

- No entiendo

- Si, ustedes son muy afortunados porque son libres y pueden hacer lo que quieran juntarse con quien quieran, salir con quien quieran, yo no, porque tengo una imagen que cuidar, porque soy la hija del político más importante del pueblo que tengo que ser siempre perfecta, eso es muy difícil y se aprende con el tiempo y si soy mejor que los demás porque me esfuerzo en serlo

- Pero no lo tienes que hacer, nadie te pidió que seas así

- Claro que me lo pidieron, mis padres me lo piden siempre que tengo que ser la mejor hija, la más popular, la capitana en todo, la líder, me criaron para ser una líder no para para pasar desapercibida, es que yo crecí así