Capítulo 35: Secretos bajo sangre

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Los chicos habían quedado en ir a la tarde a la casa de la abuela de Timoteo, la señora era bastante mayor, pero su nieto siempre contaba que tenía muy buena memorias así que decidieron preguntarle sobre lo que sucedió en aquella época.

La señora les conto que hubieron muchos rumores sobre lo que paso en esa mansión hace muchos años pero que la historia no empezó ahí.

Sino pocos años antes en el colegio, ella era compañera del hijo mayor de los Arce Rigonato llamado Octavio era un chico muy callado que no tenía amigos pero no porque no quisiese sino porque los demás chicos no querían acercase a él le decían raro solo porque le gustaba dibujar retratos de las personas sin pedirles permiso y eso si era bastante raro, el niño se había acercado muchas veces a sus compañeros pidiéndoles jugar con ellos o simplemente queriendo hablar pero estos le decían cosas horribles, lo trataban mal, lo discriminaban porque siempre traía moño en vez de corbata eran niños malos en ese entonces o traviesos como solían llamarlos las maestras y los profesores.

Los chicos practicaban con el ahora conocido bullying, pero en esos tiempos no se tenía tan en cuenta eso. El chico al parecer estaba muy enojado por como lo trataban así que un día invito a sus compañeros a su casa prometiéndoles que les daría muchas cosas, ya en su casa algo paso.

Desde esa noche no se supo más de sus compañeros, solo que misteriosamente aparecieron muertos días después, pero no se sabía en donde aparecieron sus cuerpos, la morgue no dio información alguna. Las malas lenguas decían que el chico asesino a sus compañeros pero los casos quedaron en el olvido ya que su familia era la más poderosa de ese entonces además él y su hermana también aparecieron muertos y su familia en complicidad con este pueblo enterraron el secreto bajo sangre, para que nunca nadie pudiese saber la verdad.

Los chicos quedaron impactados con la historia que les conto la abuela, ella no supo más nada además en esa época la gente no hablaba sobre los demás eran muy reservados y menos se atreverían a hablar de una de las familias más importantes de ese entonces. Así que a los recuerdos se los llevo el viento. Solo quedaron rumores sobre lo sucedido, nadie investigo, hasta ahora que los chicos comprendieron lo que había pasado y lo que estaba pasando con sus compañeros, pero ¿Qué se puede hacer para detener a el fantasma de Octavio Arce Rigonato? Era una duda que tenían que resolver.

Luego de eso, los chicos se fueron a sus casas a pensar en todo lo que les había contado la abuela de Timoteo. Noemí le dijo a Franco para hablar así que fueron a la casa del chico de ojos azules para tomar un licuado y poder hablar.

- Fran debemos hablar sobre algo muy importante

- Me doy cuenta de que hace mucho no hablamos

- Si cierto

- Pero dime de que quieres hablar

- ¿Qué piensas de nuestra relación?

- Bueno salimos ¿hace cuánto, dos años?

- Creo que no lo recuerdo

- Yo tampoco

- ¿No sientes como que algo se rompió?

- Yo te quiero Noé, pero tengo que estar de acuerdo con vos yo también siento que algo se rompió

- Yo siempre te voy a querer, digo pasamos muchas cosas, pero no lo sé, es complicado

- Creo que funcionamos mejor como amigos

- Si, de amigos todo era más sencillo

- Deberíamos volver a ser amigos

- Pues seamos amigos, que te parece esto, guardar estos dos años como un lindo recuerdo y volver a lo de antes a cuando todo era más sencillo

- Creo que eso sería lo mejor y aunque nuestro noviazgo no funciono siempre seremos buenos amigos, eso es lo bueno

RECUERDOS DE UN FANTASMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora