Capítulo 14: Puedo verte

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Carolina se bajó de prisa de su moto al dejarla en el portón del cementerio, corrió hacia adentro, sus amigos y los demás chicos llegaron y la siguieron, ella comenzó a gritar el nombre su amiga muerta justo en su tumba. El fantasma estaba ahí y en una desesperada idea repentina se dejó ver, el otro fantasma se mantuvo oculto, observando cada movimiento.

La luz de la luna alumbro la cara de los jóvenes que los volvió más pálidos algo en cada uno de ellos cambio en ese instante todo lo que creían saber sobre la vida y la muerte se desvaneció y el viento se llevó cada pedazo de normalidad que había en sus vidas.

- Yo sabía, siempre lo supe, estas aquí

- Solo que como un fantasma - al hablar todos quedaron más sorprendidos

- ¿Cómo es posible? - se escuchó la voz de Noemí

- También es nuevo para nosotros

- ¿Nosotros? - Carolina miro confundida

- Vamos, no creo que sea algo malo, déjate ver - dijo Amelia mirando atrás de ella a un vacío, a un vacío que pronto se fue aclarando y mostrando la forma de Bruno

- ¡Bruno! - dijo Reinaldo

- Amigo estoy aquí - hablo Franco acercándose

- ¿Tú eres el chico de la foto de la habitación de Carolina verdad?

- Si soy yo, Franco, tu mejor amigo

- Creo recordar unos ojos claros pero no estoy seguro que hayan sido los tuyos, espera son los de el - dijo apuntando a Reinaldo

- Tu y yo éramos amigos de pequeños Bruno ¿No lo recuerdas?

- ¡Esperen!, ¿ustedes no recuerdan absolutamente nada? - pregunta Mora acercándose

- Solo imágenes, a veces sonidos pero son distantes - hablo el fantasma rubio

- ¿Entonces si no me conoces como es que dijiste mi nombre? - Carolina pregunta nerviosa

- Lo leí en la puerta de tu habitación cuando te seguí, pero sucede algo extraño, yo te siento aunque no pueda sentir, te siento y sé que cuando estaba con vida, en algún lapso de tiempo de mi vida terrenal sé que fuimos amigas

- Eli las historias que siempre leímos eran reales - dice la pelirroja a su amiga

- Si, y es más que eso, somos parte de la historia y testigos de la verdad - la chica de ojos grises sonríe mirando a su amiga

- No puede ser, esto parece unos de esos sueños locos que tenemos y nos despertamos gritando - Noemí comenzó a caminar de un lado a otro

Timoteo iba a acercarse a Reinaldo pues él conocía muy bien la historia de su amistad sabiendo que esto le afectaría. El chico de piel aceitunada sentía que ya había visto algo parecido algo como un fantasma una noche anterior cuando la oscuridad de la luna oculta por las nubes, lo llevaron a entrar en la casa abandonada junto al cementerio y hacer algo completamente equivocado. Camino unos pasos pero se detuvo cuando vio a Salome tomarle el brazo, pensó que por más que tuviera ganas de estar junto a él, el apoyo de sus amigos les haría de más ayuda. O Tal vez pensó que no sería adecuado, dadas las circunstancias de que aún no era claro cuál era su relación y no quería presionarlo hasta que ambos decidieran que era el momento para sacarla a la luz. Se quedó junto a Mora y Elizabeth que tenían la mirada totalmente fascinada e insólita ante los fantasmas de sus compañeros.

- Carolina no está loca después de todo - dijo la rubia con una media sonrisa haciendo que la chica del cabello brillante le sonriera de respuesta

- Creo que rompimos una de las reglas de Lucia

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