Ice fantasy; una oportunidad.

Confesiones.

YAN DA

-A mí me gusta cómo eres; comento de repente.

-Este yo; tartamudeé. -Yo no...

-No, por favor déjame hablar antes; me interrumpió.

-Cuando te conocí creí odiarte, eras mi enemigo pero cuanto más cerca estaba de ti me daba cuenta que eras igual a mí, debajo de esa actitud arrogante se escondía una joven que buscaba la aprobación de su padre, quería que sus hermanos la tomaran en cuenta, como yo, al ser el último en el trono la gente no solía tomarme en cuenta, ni siquiera era reconocido como príncipe, mis hermanos y los niños de mi edad se burlaban de mi por no haber desarrollado mis poderes, solo podía contar con mi madre y mi querido hermano Ka suo, así que cuando me salvaste de tu hermano y le dijiste que yo era tu amigo, aquello me hizo sentir tan feliz, nunca antes había tenido un amigo.

-Tú fuiste mi primera y mejor amiga, quería estar contigo y juntos compartir nuestro dolor pero había mucho que nos separaba, nunca pensé que el título de príncipe me pesará tanto, no tienes idea cuantas veces pensé en olvidarlo todo, tomar tu mano y llevarte lejos, alejarnos de todos, incluso de mi hermano.

Igual que yo en ese tiempo, fue lo que pensé en ese momento, quería decirle a Shi que dejara de hablar pero un pequeño nudo en mi garganta no me dejo, solo me limite a mirarlo mientras sus ojos empezaban a cristalizarse.

-Has sido la única persona que me hiso dudar, si debería continuar con el sueño de mi hermano o ser feliz a tu lado pero como podía dejar a mi hermano solo y a Lan Shang quien había sufrido por mi culpa, como podía darme el lujo de ser feliz después de todo lo que había hecho mi madre, ya no podía dar vuelta atrás y fingir que nada había pasado, por más que pensara o buscara no había final feliz para nosotros; comento mientras su voz se rompía.

- ¿Por qué no me dijiste eso después de rescatarme del espacio infinito?

-Yo no podía ser feliz al ver lo desgraciado que hacía a mi hermano, alejándolo siempre de la mujer que más amaba, me hundí en un mundo de tristeza pero no podía hundirte conmigo en mi desgracia, no a ti, no podía dejar que fueras tan miserable por mi culpa por lo cual te trate con indiferencia, quería que me olvidaras y te enamoras de alguien más; dijo mientras su cara lucia triste. -Te rescate del espacio infinito para darte una oportunidad de ser feliz, no me importaba si no era conmigo, solo quería verte feliz pero no fue así, estuviste a mi lado a pesar de mi actitud y mantuviste tu amor hasta el final, incluso sacrificaste tu vida por mí por segunda vez.

-Pero en ese momento, en tus brazos no me dijiste nada; le reclamé.

-Lo sé, me sentía tan culpable de cometer tantos y los mismos errores, no solo había hecho infeliz a mi hermano, también a ti.

- Cuando observe que mi hermano estaba a lado de la mujer que siempre amo, ya no tenía más por hacer, Ka suo era feliz pero tú te habías ido de mi lado. En el momento en que el portal del loto dorado se abrió en el mundo de los mortales del futuro, salte para cerrarlo aun si eso significaba dar mi vida porque ya no te tenía a mi lado, no había sentido continuar sin ti. Mis errores siempre te herían pero a pesar de todo se me dio esta oportunidad de tenerte frente a mí para contestarte lo que en el pasado no pude.

-YO TE AMÓ; grito mientras los fuegos artificiales iluminaba su cara.

-Amó cada movimiento, cada gesto, cada palabra tuya; continúo hablando con una voz más suave. -Amó tu forma de ser, tu valentía, esa actitud orgullosa, lo arrogante y perseverante que eres.

-No me importa si ahora amas a Chen Ruo pero por favor déjame estar a tu lado, déjame disfrutar tu sonrisa y tu mirada.

Me sentía tan feliz, algunas lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, trate de secarlas con mis menos pero me era imposible caían tan rápido, una tras otra, hasta que llore como una niña pequeña. Todo esto me parecía un sueño, no sabía si yo merecía tanta felicidad.

-Te amo, desde el primer momento en que te vi, en esta y todas mis vidas anteriores, yo te amo, si tuviese que sacrificar mi vida por tercera vez lo haría, yo te amo; le dije mientras seguía llorando de felicidad.

Cubrí mi cara con mis manos, escuche a Shi aproximarse, tomo mis manos y las quito de mi rostro, me miro con una amplia sonrisa, sus ojos aún seguían rojizos, se acercó dándome un tierno beso en la frente, sonreí. Nos miramos fijamente mientras los fuegos artificiales nos iluminaban, su cara empezó a acercarse a la mía, cerré mis ojos, sentí sus suaves labios sobre los míos, mi corazón empezó a latir tan rápido que creí que podría salirse de su lugar, impulsos eléctricos llenaron mi cuerpo, me sentía inmensamente feliz, tanto que si hubiese muerto en ese momento no me habría importado.

Yin Kong Shi me abrazo, podía escuchar latir su corazón tan rápido como el mío, nos abrazamos tan fuerte temiendo que ese mágico momento acabara, si ese era un sueño deseé que jamás acabara, y así en sus brazos dejé que su amor me derritiera en esa fría noche.