Ying Kong Shi se le otorga una última oportunidad para corregir sus errores cometidos con la persona que lo amo más que a su propia vida, Yan Da, quien ahora ha reencarnado en la tierra de los mortales. Ying Kong Shi se trasformara en Yun Fei para...
Mi pequeño niño sé que esta carta te sorprenderá y no te culpo ya que siempre fui muy frió contigo pero te explicare mis razones porque quiero que sepas que nada fue tu culpa, ni la de tu madre al contrario siempre fue la mía, y aunque sé que no lo merezco quiero pedirte perdón a ti y a tu madre, perdón por todo hijo mío.
Los humanos piensan que los Dioses somos perfectos pero no es así, somos como ellos, tenemos pecados, miedos y errores como cualquier mortal. El pecado más grande de mi vida fue obligar a una hermosa joven a casarse conmigo, la até a lado de un hombre que no amaba ni la amaba, la condené a una vida de soledad. No tendría caso explicarte los motivos que me obligaron hacerlo, eso no me haría menos culpable.
Cada día mi corazón se partía en mil pedazos al verla tan infeliz, muchas veces trate de acercarme a Lian Ji pero mi cobardía y culpabilidad no me dejaron, y así poco a poco me convertí en el alguien tan miserable. Solo me limite a observar cómo se hundía lentamente en un mar de tristeza, si hijo, soy un cobarde, sin embargo todo cambio cuando naciste. Lian Ji tenía un brillo en su mirada diferente, un aura de felicidad la rodeaba y eso me agradaba. Llenaste este castillo de luz y alegría, recuerdo la emoción de Ka Suo al convertirse en hermano mayor. En cuanto a mí, la primera vez que te vi y te tomé en mis brazos no pude evitar llorar de felicidad, no puedo expresar la alegría que sentí al observar tus pequeñas manos sujetando mi dedo pulgar de la mano derecha, me parecías tan indefenso, así que jure protegerte siempre. Los días pasaban, tus risas y pequeños balbuceos me hacía sentir el hombre más afortunado, ¿Qué más podría desear?, yo lo tenía todo, mientras te veía a ti y a tus hermanos, creía que mis pecados habían sido perdonados, que seriamos felices pero no podía estar más equivocado.
Después de algunos meses los sabios predijeron un destino terrible para ti y con la muerte de uno de ellos, se aterrorizaron e intentaron matarte, trate de calmarlos pero poco conseguí, les pedí que me dejaran vigilarte y si aquel destino se cumplía seria yo quien te mataría, ellos aceptaron aunque no se veían convencidos, sin embargo el simple hecho de pensarlo me hacía sentir inmensamente triste. Fue así como me mantuve distante, siendo frió contigo y limitándome a observarte desde lejos como crecías. Día tras día me convertí en testigo de tu amor por tu hermano Ka Suo, me parecía ilógico creer que algún día lo traicionaras, yo no quería aceptarlo, no, yo no podía. Te he observado en secreto varios años, te conozco hijo mío, incluso sabia porque querías el trono, querías proteger a Ka Suo, y yo quería protegerte a ti, pero al final solo logre tu muerte, me odio por eso, me odiare siempre.
Cuando Ka Suo planeó revivirte me hiso sentir tan feliz, deseaba verte con todas mis fuerzas. Solo pensaba en pedirte perdón de la forma correcta, besarte y decirte todo lo que nunca pude, mi querido hijo, eso deseaba pero parece que no tendré ese privilegio tal vez porque no lo merezco. Despertaste sin embargo ahora te encuentras confundido, no me recuerdas pero ¿Por qué deberías?, siempre fui el peor padre para ti. Huo Yi te está utilizando, trasformo tu amor incondicional por Ka Suo en desprecio y odio pero mi querido hijo, sé que encontraras la forma para recordar, sé que ya lo has hecho y es por eso que ahora puedes leer esta carta.
Estoy a punto de enfrentarme a Huo Yi, me esforzaré por ganar y volver a ver tu rostro, decirte todo esto de frente y abrazarte pero siendo honesto he envejecido, mis poderes han disminuido pero lo hare con todas mis fuerzas querido hijo para verte de nuevo. Cuando ya haya ganado, celebraremos juntos la victoria y después te convertirás en el rey de esta tribu, estaré a tu lado apoyándote en cada momento como nunca antes lo hice y juntos velaremos por la paz de todas las tribus incluso de la tribu del fuego. Restableceremos la paz mientras observamos como Ka Suo es feliz con Li Lou, si, eso pasara hijo mío, ahora que estas vivió seremos felices sin mirar hacia atrás.
Gracias por permitirme ser tu padre aun si no corre mi sangre por tu venas, gracias por seguir llamándome padre después de aquellas palabras que te dije, quiero que sepas que ninguna de ellas fue real, ninguna paso por mi mente, sé que mis motivos no fueron suficientes pero tuve que hacerlo. Quiero que sepas que siempre te ame, lo hice desde el primer momento en que te vi e incluso ahora, te amo hijo mio.
Con cariño y amor tu padre.
Mis lágrimas caían sin cesar una a una, pero era de felicidad, mi padre siempre me amó, pensó en mí hasta en su último momento de vida, me sentía el hombre más afortunado, aquello me parecía el regalo más hermoso que mi padre me pudo haber dado. Gire mi cabeza al notar que alguien me observaba, era Yan Da quien caminaba hacia a mí. Trate de secar mis lágrimas con mis manos para que ella no las notase. Ella me sonrió tiernamente sin decir ninguna palabra, me abrazo muy fuerte, sentí la calidez de sus brazos y antes de que me diera cuenta ya me encontraba llorando como un niño pequeño sin consuelo sobre sus hombros.
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