Llevaba más de una hora dando vueltas en el barco, había recorrido cinco veces la cubierta y no paraba de mirar hacia donde Jack y Will habían desaparecido. Este tiempo se me estaba haciendo eterno y una sensación que me oprimía el pecho no me ayudaba a tranquilizarme. Estaba preocupada por Lizzy, por Will y sobre todo por Jack, era imposible negar que el Capitán me preocupaba y esa sensación aumentaba al saber que iba a encontrarse con el hombre que lo abandonó en una isla.
-Señorita Swann. Aparté mi mirada y vi a Gibbs. – No debéis preocuparos, el Capitán traerá a vuestra hermana y Will no permitirá que nada malo ocurra allí.
-Lo sé, pero no puedo evitar preocuparme, es mi hermana. Gibbs me sonrió y otro suspiro salió de mi boca.
-¿No estaréis preocupada también por cierto pirata, verdad?.
-No puedo negar que me preocupa Jack, va a salvar a mi hermana y va a ver a ese hombre que lo abandonó a su suerte y le robó su barco. A cada palabra que decía Gibbs sonreía todavía más.
-Entiendo.
Pasó media hora más en la que me dediqué a mirar el timón cansada de esperar, hasta que Will apareció con Elizabeth la cuál estaba muy asustada al ver que la tripulación eran piratas.
-¡Lizzy!. La abrazé con todas mis fuerzas y ella me miró sorprendida mientras me abrazaba.
-¿Valerie?,¿qué haces aquí?. Le giró hacia Will que la miraba pidiendo disculpas. -¿Qué hace ella aquí?.
-No quería quedarse en Port Royal y Jack no le impidió venir. La cara de Lizzy al escuchar el nombre de Jack cambió drásticamente.
-¿Jack Sparrow?, ¿ el mismo pirata que amenazó la vida de Valerie?. Me interpuse entre ella y Will antes de lo asesinase.
-Detente Elizabeth, la única culpable soy yo, Jack y Will me han cuidado desde que partimos de Port Royal, ¿no me ves?, estoy perfecta y no puedes reprocharme nada por que si fuese yo a la que hubiesen capturado no habrías dudado en venir tras de mí.
-Tienes razón Val. Lizzy se veía derrotada.
-Y hablando de Jack, ¿dónde está?. Will me miró serio.
-Se ha quedado atrás. Un pinchazo, un único y doloroso pinchazo es lo único que sentí cuando Will pronunció aquellas palabras.
-Respetad el Código. El señor Gibbs parecía muy seguro pero sabía perfectamente que le dolía dejar a Jack.
-¡Levad anclas, izad las velas!. Esa era Ana María.
Will y mi hermana estaban en algún lugar de aquel barco y sabía que tenían muchas cosas de las que hablar, así que me dediqué a mirar el mar, oscurecido por la noche. Mi mente no podía evitar pensar en Jack, abandonado a su suerte en aquellas isla y con ese hombre. Había perdido la cuentas de cuántos suspiros había hecho en aquel día, por lo que simplemente , fui a descansar aún sabiendo que no podría dormir.
Cuándo desperté oí un gran revuelo arriba así que subí todo lo rápido que pude hasta que vi a Ana María en el timón.
-¿Qué está pasando?. Observé a mi hermana acercándose.
-La Perla Negra, se está acercando. Lizzy se asomó y vio aquella nave negra.
Esa era la nave que vimos cuando encontramos a Will, la nave que tantas preguntas había formado en mi cabeza, la nave que quería saber a quién pertenecía.
-¡Pero esta es la nave más rápida del Caribe!. Ana María la miró sin paciencia alguna.
-Decídselo cuando nos hayan cogido.
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Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra.
Fiksi PenggemarElizabeth y Valerie Swann, hijas del Gobernador de Port Royal, amaban las historias de piratas, esos hombres que saqueaban ,buscaban tesoros y dedicaban su vida a la mar. Lo que ellas no sabían, es que gracias a la moneda de aquel niño que habían en...