Paso 28º.

15.2K 2K 631
                                    

"Paso 28º: Cuida tus palabras".

~Near.

{EXTRA}
Either.

Estaba recostado, observando el techo. No estaba haciendo nada más, ah. ¿Debería hacer algo?

Hace unos días comencé a dormir aquí, en mi cuarto, porque decidí estudiar hasta tarde: así evitaba causarle alguna molestia a Mike, como dejar encendidas las luces o soltar algún gas que pudiera matarlo. No estaba acostumbrado a dormir solo; no podía dormir.

¿Insomnio?
¿Fue el chocolate?
¿Me voy a morir?
¿Estoy enfermo igual que la autora y me va a dar un ataque?

Cada noche, un fuerte sonido al otro lado de la ventana, acechaba. No me sentía raro al escucharlo, no me parecía tampoco algo anormal, solo tenía curiosidad en saber de qué se trataba. ~¿No sientes curiosidad y ya?~

—No soy tu tío. No soy tu tío. No soy tu tío. Hermanooooo, Hermanoooo. —Me cubrí más con la sábana cuando escuché los gritos de el loro que me veía desde su jaula. ¿En dónde aprendió a decir esas cosas? Era molesto.

Mi habitación y parte de la casa estaba llena de animales que encontré en la calle, o de alguien que decidió dejarlos conmigo, por eso no dormía en el lugar; era ruidoso y la iluminación de algunos reptiles me distraía.

Me reincorporé fuera de la cama para llenar mi curiosidad.

—No soy tu hermano. —Tapé la jaula con una sábana antes de dirigirme a la ventana.

No esperaba nada, pero apenas quité los seguros y la removí un poco, a mi vista saltaron dos orejas, una cola y manchas negras que parecían perderse en la oscuridad del exterior.

—Miaw —Maulló como comunicando algo, antes de dar un brinco a mi piso. Lo seguí con la mirada pues dejaba huellas de mugre; me preocupó que quisiera brincar a mi cama.

¿Gato? ¿Perro? ¿Perro que ladra? No... Los perros de por sí ladran, o sea, ¿perro que maúlla? No... ¿Qué? ¿Qué?

—Te bañaré. —Me propuse, apareciendo a un costado suyo hasta ver cómo se erizaba por mi agarre rápido del cuello.

Tenía shampoo de repuesto y agua caliente, así que lo forcé a entrar en la bañera como cualquier persona que ve algo sucio haría. ¿Por qué estoy bañando a un gato ahora? ¿No es normal?

—Miaw —se quejó—. ¡Miaw, Miaw! —Fue insistente.

A los gatos no les gustaba el agua, a este parecía agradarle el agua caliente. Lo enjuagué en silencio, solo observando las manchas negras escurrir por el agua hasta esfumarse de el espacio donde se almacenaba. Fue fácil distinguir su verdadero color cuando la suciedad desapareció.

—Eres un gato blanco. —Le miré sorprendido, me gustaría decir, pero seguro mi rostro no expresó nada.

—Miaw. —Me respondió. Era lindo sin el negro.

Los gatos son raros...

—Miaw... —Le imité.

Terminé de secarlo con una secadora mientras le cepillaba. No sabía su sexo, sí tenía nombre o era callejero, o se tallaba en mis piernas porque tenía hambre. Pero sus enormes ojos parecían rogarme atención y que lo acariciara más.

—Ya te di de comer —respondí molesto.

—¡Miaw! —Fue más consentido.

Nunca me imaginé que un gato callejero pidiera tanto. Agh...

—¿Por qué me recuerda a...? —Me irritó pensar en él.

Alguien golpeó mi puerta, apenas iba a preguntar quién era cuando Dante la forzó mientras arrojaba una libreta al suelo. Estaba echando humo, su cabello rubio era un desastre por la marca de almohada que estaba allí.

—Dios, ¿el ruido es de la secadora? —Arrugó el entrecejo, dio algunos pasos al interior hasta cegarse con mi luz prendida—. ¡Anda, para esa cosa! Estoy tratando de dormir, he estado fuera varios días.

Quise sonreírle pero me vi igual. Soy un gato, no, un perro... No, ¿no era un humano?

—Si quieres me paso a la habitación de Mike para que no escuches tanto rui... —Cortó mi oración.

—¡NOOOO, eso es aún peor! ESE TIPO NUNCA SE CALLA CUANDO DUERMES AHÍ. —Me hizo señas para que detuviera mi boca—. Lo dejaré pasar por hoy, pero por favor, piensen las cosas. Ninguno de los dos se desvela como yo.

—¡Near es la cosa más tierna, Near es la cosa más perfecta, Near es la única persona para mí en esta vida, quiero pasar mi vida con...! —El loro fue poseído por sus propios gritos, haciéndonos dar un respingón por la jaula que se sacudió hasta dejar caer la sábana en ella.

¿De dónde aprendió esas cosas...?

—¿Qué mierda está diciendo tu loro? —Dante se agachó para levantar la cobija, pero lo miró a los ojos en lugar de cubrir los colores de el animal. Parecían entenderse mejor de lo que yo entendía al gato—.  ¡Admito que Near es hermoso, pero tú no tienes nada que ver entre ambos, ¿sí?!

Ah, ya sé de quién lo aprendió.

—¡Miaw!

—Miaw... —Imité el maullido, aún intentando adivinar que me decía.

—¿Por qué lo imitas con esa cara tan seria?... —Dante giró, perturbado.

• • •

LOS AMOOOOOOO.

Cómo ser un acosador en 90 días y no ser arrestado en el intento [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora