Paso 7º.

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"Paso 7º: Recuerda tener una buena coartada, y no tonto, yo hablo de una excusa, no una vena sangrando.
Qué risa, estúpido".

~N.H.

Near.

—O sea, no sé, yo solo digo. —Hablé fuera de mi cabeza, regañándome por no haber dado esa respuesta a mi viejo cliente.

Las imágenes solía buscarlas con un simple click derecho en internet. Cuando no me daba resultados, solía usar la aplicación de Pinterest para subir la imagen a un álbum privado y luego darle en coincidencias. Era un acción sencilla, aunque la mayoría me pedía ese tipo de rastreos aunque eran sencillos. Por otra parte, detestaba que me lo pidieran y luego no pudieran depositar unos mendigos centavos.

En serio necesito el dinero para el cumpleaños de Amber.

Alargaba los pasos en el pasillo de la escuela con mi cámara, fotografiando a través de las ventanas la cancha de fútbol para luego vender las imágenes de los jugadores poco cotizados pero interesantes para algunos. Era un lindo día, escuchando el rechinar de los tenis en los pasillos y a algunos profesores en otras aulas. El uniforme no era desagradable, aunque sí caluroso y un poco grande. Era ridícula mi situación en esos momentos.

—No jodan, esto está desde el primer periodo. —Bufé con risas, deteniéndome al ver aún el cartel que informaba sobre el piso mojado.

—Yo que tú, con cuidado. —Habló un compañero detrás de mí, aunque me valió porque ni lo conocía.

—Observa a tu dios.

Colgué la correa de la cámara a mi cuello. Suspiré, eché mi cabello detrás de la oreja y abrí mis brazos en grande, deslizándome por el suelo que juraban estaba húmedo pero yo juraba que el conserje era un idiota que nunca quitaba sus advertencias. Era claro que estaba seco, no se reflejaba ni la luz en él.

Carajo.

Sentí el charco que me hizo enredar los pies. Trastabillé al frente como si tuviera puestos tacones y tuviera que caminar en el boliche. Grité asustado, girando un poco entre mi espectáculo para evitar caer sobre mi cámara aunque eso me costara mi cráneo. No iba a perder dinero, maldita sea. Ese dinero ya luego lo usaría para una reconstrucción.

Entonces ahí estaba, a unos cuantos pasos de los podría cambiar mi vida, como un próximo hoyo o problemas mentales debido al golpe. Ya saben, un día estás en la cima y al otro estás cayendo por un piso húmedo. Estaba en peligro, ¿o no? Ya no importaba, solo aceptar el destino que me recibía con los brazos abiertos.

Lo siento má, voy a destrozar mi hermoso rostro que fue creado por los dioses como tú y el diablo, o sea mi padre. Te amo.

En realidad, a veces deseaba esa clase de golpes con la esperanza de quedar en coma o solo loco para dejar de pensar en todo. A pesar de mis deseos, una mano salvadora y bella me sostuvo... Un ángel, un cielo caído directo a mi rescate.

Esta mano es de vato.

Sus manos se posaron en mi espalda, sosteniéndome con fuerza contra su cuerpo para que no terminara de caer al suelo y casi morir. Observó con detalle mi rostro, la cámara en mi pecho y su alrededor cómo si buscara apoyo para tampoco tropezar él. Una de sus manos se movió a la pared para mantener el equilibrio.

Cómo ser un acosador en 90 días y no ser arrestado en el intento [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora