Paso 29º.

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"Paso 29º: Finge ser alguien alegre, aunque te mueras de ganas de matar a la persona."

~H.N.

Near.

Ser un buen hijo, era lo que deseaba. Necesitaba obedecer a mis padres sin importar sus peticiones, ni lo que costara.

Debía forzarme a amar las cosas que hacían, sonreírles, comprender y ayudar a la familia. Ser estable, inocente, no decepcionarles; todos los hijos debían ser de esa manera. Aunque me consideraron diferente: yo, poco sonreía, no actuaba de buenas maneras ni hacía las cosas que mi padre esperaba.

Estaba en el centro de una batalla que no me pertenecía, que solo asumí, esperando encontrar algo bueno detrás de ese sufrimiento que atormentaba la historia. Y en serio traté de buscar ayuda, no importaba a donde fuera; solo me sentía atacado y con miedo a decir las cosas que sucedían en casa.

Creí que necesitaba ganar cicatrices y romperme más huesos, engañar, ganar confianza de otros niños para después arrebatárselas. Perdí, me emborraché, mentí y ocasioné que otros cometieran los mismos errores que yo no resolvía en mi vida.

Supongo que es la frase: "Morir en tus pecados".

Finalmente, podía decir que las cosas no terminan bien ni mal, hay algunas cosas buenas que acaban rápido pero se sienten bien. Sonreía sin razón alguna cuando pensaba en los chicos que conocí hace unos meses; me sentía un estúpido sentimental, pues no tenía nada, pero se sentía como algo.

Soy feliz aunque sea un poco.

La amistad era algo preciado para mí, por eso no la consideraba para todo el mundo. ¿Crees que caigo fácil después de todo lo que me ha pasado, después de todo lo pasó, Tide?

No me gusta perder tan rápido lo que obtengo, soy egoísta, cariño.

—Me estabas buscando, ¿no, mono feo? —Palpé los asientos sumidos en oscuridad. Solo escuché su respiración y el crujido del sofá. Vislumbré sus dedos largos posarse en sus rodillas mientras cruzaba las piernas.

Suele ver extraño.

Siempre odié la mirada que tenía, como si intentara ver más de lo que otros querían; era fácil leyendo rostros con el fin de adivinar lo que a otros le aterraba. Yo no le temía, la primera vez que nos conocimos sólo me desagradó su forma de observar pero ni me inmuté, dejé que se reflejara en mí si eso quería.

—Qué er... Tú ere... —Su lengua se trabó aquella vez, apretó los labios y dudó de su voz. Fue curioso ver a un mayor tratar de intimidarme.

—Disculpa, ¿puedes dejar de mirarme así? Es desagradable —le hablé, apartando el brazo que me acorralaba. Traté de cambiar mi expresión para que no se inmiscuyera—. ¡Disculpa, fui algo serio, pero me espanta un poco tu cara de mono!

Sí, fue algo así... chale.

—Near, estaremos abajo —me informó Either mientras arrastraba a Rind con él; el rubio había sufrió un microonfarto por ver algo tan horrible a esas horas de la noche—. Te esperamos.

Esa frase sonó muy bien.

—Tú no sirves jugando al buen amigo, siempre fuiste el peor de todos. —La risita de Tide trató de clavarse en mi cabeza; se estaba burlando de mis nuevas amistades.

Dios, nunca fuimos realmente amigos pero aún así te ayudé en lo que pude; éramos parte de la vida del otro, imbécil.

—No estoy jugando, Tide. Soy bueno actuando pero no lo soy contigo —sostuve su mirada, apoyando mi mano en el respaldo—. ¿Has terminado? ¿Solo querías hablar de eso? Porque no me importa mucho lo que tengas que decir; estoy aquí porque cruzaste la línea.

Cómo ser un acosador en 90 días y no ser arrestado en el intento [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora