Capítulo 08: Números telefónicos y un café.

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¡Hola! Quiero aclarar que lo que está encerrado en comillas, son recuerdos, por así decirlo. Para que no nos vayamos a enredar.

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Observo el techo sin poder dormir, pensando de nuevo, en Taddeo

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Observo el techo sin poder dormir, pensando de nuevo, en Taddeo.

Luego de que salí de su consultorio no he podido dejar de pensarlo.

De pensar en lo hermosamente sexy que se ve en ese uniforme de médico que le tapaba casi todos los tatuajes excepto los de su cuello... Los que más me gustan y en cómo me atendió.

En el momento que me tocó entrar a mí le dije a nana que yo entraría sola y se echó a reír pícara porque ya había visto a Taddeo conmigo.

—¿Viniste porque querías verme, Sam? —sonríe mirándome.

—No me dijiste que eras médico...

—Estoy estudiando para serlo, ahorita estoy haciendo unas pasantías —me explica.

—Que casualidad ¿no crees? —murmuro—. El hecho de que yo haya venido hoy porque me siento mal y que estés aquí y seas quién me vaya a revisar.

—Sí es mucha casualidad... Porque a no me tocaba venir hoy, sólo no tenía nada que hacer y vine para acá a ver si necesitaban ayuda —sonríe—. Sube a la camilla, Sam. Vamos a revisarte.

Fue un momento cómodo, pero cuándo llegó la hora de explicarle mi problema se me hizo algo incómodo a pesar de que es algo muy común en las mujeres.

A pesar de que tenía más pacientes se estuvo un largo rato conmigo; hablando, revisándome, contándome sobre su carrera universitaria y de lo poco que le faltaba para graduarse.

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