«17: Lo siento...»

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Anastasia POV.

Estaba relajada en el sofá de la sala, viendo un poco de televisión y escucho que tocan la puerta.
De verdad que estaba tan relajada que no me imaginaba nada malo.

Pero ese fué mi error...

La persona de mis pesadillas estaba a tan sólo unos escasos centímetros de mí y junto a él el hombre que me dió la libertad, pero volvió.

Sabía que nada dura para siempre.

Louis me miró con una cara de demonio y cuándo hice contacto con sus ojos, pude ver la ira que corría dentro de él.
En cambio los míos estaban rojos y en mí sólo corrían los nervios.

–El rojo se te ve sexy.
Sonrió sádicamente.

Ataque de pánico.

Pero el ataque de pánico no me impidió correr en dirección a mi cuarto. Sólo tenía que lograr entrar y cerrar la puerta con seguro. Vamos sólo serían unos metros. Unos pocos metros.

Movía las piernas a velocidad luz hasta llegar.

Entré.

Mierda.

Entré pero no puedo cerrar la puerta por un jodido pié que se interpone y me impide cerrarla.
Empecé a patear su pié y a empujar la puerta en su dirección pero creo que está dispuesto a partirse un pié antes que quedarse afuera.

–Abre la puerta y no empeores las cosas Anastasia.
Dijo en un tono severo.

Mis ovarios abro esa puerta.

–¡Déjame en paz!
Grité.

Entonces la puerta se abrió de golpe y yo salí botada de culo. Emití un quejido pero me levanté rápidamente y corrí al otro lado de la cama mientras que él se encontraba al otro lado.

–¿Es enserio? ¿Vamos a jugar a esto?

No respondí y sólo esperaba algún movimiento de su parte.

Ahora mi objetivo era salir de la habitación.

Pensé en algo que quizá y tan sólo quizás funcionaría o eso espero si no moriré.

Hice como si fuera a irme por la derecha y como pensé él también se fué por la derecha y es ahí cuándo hice una finta y me fuí por la izquierda pasando por encima de la cama.

Tan sólo un poco más y cruzaría la puerta...

–¡Aahh!

Un jalón en mi pelo me impidió seguir, tumbándome otra vez de culo.

No. No. ¡No!

Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas cómo si de una cascada se tratara.

Jalándome por el pelo me hizo levantarme de nuevo. Dios, como dolía.
Me soltó bruscamente y choqué con la pared, golpeándome la frente y otra vez hice un intento de escape pero en menos de 1 segundo ya tenía su cuerpo atrás aprentado el mío.

–Me haces daño Louis...
Dije en un hilo de voz.

–Shh...
Me acarició la mejilla y seguido me dió un beso.
–Tú también me hiciste daño Anni..
Susurró en mi oído mientras seguía acariciando mi mejilla izquierda.

Su mano bajo por mi cintura a mis cadera y apreto esta contra la suya.
–Lo heristé a él..
Se refería a su parte privada.

Ahora lloraba aún más porque sabía lo que vendría ahora.

–Dí que lo sientes pequeña..
Susurro en mi oído dejando un besos por esta y bajando lentamente por mi cuello.

¿Yo le tengo que pedir disculpas?
¿Yo lo violé?
No. No lo hice.

Pero si le desobedecía ahora, todo se tornaría muy agresivo.

Así que por más que quería cagarme en él, opté por hacer lo que pedía.

–Yo.. Lo siento Louis.

–Tío.
Corrigió.

–Lo siento tío.
Volví a decir.

Al decir esto, se apartó de mí y me dió la vuelta, quedando ahora cara a cara. Desvié la mirada al suelo muy lejos de sus ojos azules que sólo me trasmitían miedo.

–¿No vamos a saludarnos cómo es?
Dijo con lujuria en su voz.

Sabía a lo que se refería y procedí a hacerlo.
Me acerqué a él lentamente con mi cuerpo temblando y creo que eso le encantaba, le encantaba verme temblar ante él.

Una sonrisa se asomó por sus labios.

Imbécil.

Ya estaba a pocos centímetros de sus labios cuándo él se aproximó y me besó con fuerza y deseo.

Me cargó hasta la cama y allí empezó a quitarme toda la ropa mientras yo no hacía nada, me odio a mi misma por no luchar. Pero si lo intento, va a ganar y a mí me va a lastimar aún más o peor.

Y ahí estabamos... Mi tío entrando y saliendo de mí con rudeza y yo derramando lagrimas sin decir ni una sola palabra.

VioladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora