Capítulo 1

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Era primer día de clases, era una escuela nueva, para Armin era una completa tortura, nunca había sabido encajar con los estudiantes, se consideraba demasiado tímido y demasiado tonto como para encajar con alguien, era todo lo contrario a su hermano Alexy, a veces realmente deseaba ser como él.

-Armin, no todo es tan malo como parece... ¡Solo tienes que soltarte un poco y nada más! -A pesar de las palabras de su hermano, Armin siente una enorme inseguridad. Alexy le mira preocupado. -Tranquilo Min...

-No vale la pena Alex, sabes muy bien que siempre acabaré solo en un rincón jugando con mi consola... Soy demasiado raro como para caerle bien a alguien. -Hace una mueca que simula ser una sonrisa.

-Eso no debería ser así... -Dice Alexy y le da un abrazo. -No me gusta verte tan solo, necesitas a alguien que te haga compañía.

-No es necesario -Dice y despega a su hermano de su cuerpo, invitándole a pasar a la nueva escuela.

Alexy le mira una última vez y decide entrar seguido de su gemelo. Armin no era un chico desagradable, para nada, simplemente nadie se daba el tiempo ni la paciencia de conocerlo bien, solo era un pequeño de 14 años que sufría de timidez extrema.

La mitad del día lo pasaron entre papeles, Alexy hablaba con quien se le cruzara por delante mientras que Armin solo permanecía en silencio escondiendo lo más que podía su rostro entre sus finos cabellos y la tela que cubría su cuello. Luego llegó la primera clase, la presentación para el pelinegro fue una total tortura, se sentó lo más atrás posible intentando perderse de la vista de su hermano, cosa que consiguió porque Alexy le buscaba y le buscaba pero no daba con él, por lo que decidió sentarse al lado de una chica de cabello violeta.

Ahora la rutina de Armin había comenzado pues estaba totalmente solo, como siempre, suspiró mirando por la ventana hacia la nada. De la nada siente una mano en su hombro y se sobresalta de manera inmediata.

-Lo siento, no quise asustarte -Un chico un tanto extraño le habla con suavidad mientras otro con aspecto de emo -o eso pensó Armin- se reía despacio.

-No es nada -Musita casi para sí mismo, mientras sentía como su cara enrojecía completamente, siempre que hablaba con alguien le pasaba eso.

-Aww, parece una linda fresa -Dice el chico emo con una sonrisa jugetona.

-Castiel, deja de decir cosas raras, vas a asustarlo aún más -Regaña el albino que le había tocado el hombro.

-Está bien, perdón -Bufa el pelinegro emo al parecer llamado Castiel.

-Ehm, bueno, queríamos saber por...

-¿Qué hacías ahí? Ya ha tocado la campana de receso y tú te has quedado ahí toda clase, casi nadie podía verte.

El albino mira a su amigo con desgano por haberle interrumpido en plena frase, además de ser tan imprudente. Armin solo hace un gesto de total sorpresa, ¿En serio se había pasado la clase mirando por la ventana?

-Lo siento -Susurra entre tartamudeos. -Ya me voy... Supongo.

-Tranquilo -El albino le muestra una dulce sonrisa. -Sabemos que debe ser difícil ser el nuevo, a mí me pasó alguna vez y tampoco me gustaba hablar con muchas personas y...

-Ese día se quedó dormido y lo tuve que despertar yo, era la única persona que había notado su presencia y no lo podía dejar ahí tirado el resto del día, básicamente a ninguno de los dos nos encanta demasiado hablar con las demás personas. -El pelinegro nuevamente recibe una severa mirada por parte del albino, ya que lo había interrumpido nuevamente, a Armin eso le había parecido completamente gracioso y soltó una pequeña risa, que cuando salió le hizo cubrir su boca inmediatamente. -Ay, es muy lindo, quiero veinte -Dice el pelinegro relajando su semblante de chico emo y haciendo una cara que expresaba la ternura que sentía en ese momento.

-Castiel -Regaña el albino. -Discúlpalo, a veces no sabe cómo comportarse ante personas lindas como tú -De la nada Armin sintió como sus mejillas enrojecían de la nada por el comentario del albino.

-Y luego yo hablo sin pensar -Dice el pelinegro haciendo que su amigo se de cuenta de lo que dijo.

-¡Lo siento! -Exclama el albino enrojeciendo también. -Bueno...

-Ah, la cosa es que vengas con nosotros, no somos tan... Patéticos como los demás -Dice el pelinegro, Armin asiente algo confundido, si bien jamás había tenido acercamientos con algún compañero en sus años escolares, ellos eran los primeros que se acercaban voluntariamente a hablarle y era bastante cómodo entablar una conversación con ellos, se sentía... Muy cómodo.

Los dos muchachos le dieron un recorrido por la escuela, la cual era muy grande y muy bonita. Durante el recorrido, Armin no habló demasiado, el que hablaba hasta por los codos era Castiel, ya que hacía comentarios sobre personas y cosas de la escuela mientras que el albino le miraba con seriedad en algunas ocasiones. Armin miraba a ese chico albino como si nunca hubiese visto algo tan lindo, le llamaban mucho la atención sus ojos bicolores y el color tan brillante de su cabello, y el albino no se quedaba atrás, de vez en cuando sus miradas se chocaban accidentalmente y ambos las apartaban nerviosos.

-Y bueno, esa es la escuela -Castiel concluye su discurso luego de haber incluído que la directora era una vieja bruja que traía a su perro gordo a la escuela. Armin rió. -Niño lindo aún no nos dices tu nombre. -Armin se sonrojó, pero extrañamente no de la manera que lo había echo cuando la palabra lindo salió de la boca del albino.

-Me llamó Armin -Soltó en tono bajo, pero esta vez con mucha más confianza.

-Lindo nombre, como ya sabes soy Castiel y el es Lysandro -Los dos le extendieron una sonrisa de oreja a oreja con la cual se sintió confortado.

-Bueno... Tenemos que vernos mañana también, bueno... Solo si quieres, claro, ya sabes... -De pronto Lysandro parecía algo nervioso.

-Claro que sí -Respondió Armin con alegría, sacudió su cabello dejando ver su rostro por completo, ambos chicos quedaron embobados por la ternura que les causaba el más bajito.

-Insisto, quiero veinte como tú y en distintos tamaños -Lysandro golpeó el hombro del pelinegro para que dejara de decir cosas tan recurrentes.

-Armin, ¿Dónde vives? -Pregunta Lysandro para ignorar el comentario que había echo Castiel.

-Ah, bueno... Solo sé que se toma el autobús 8, y es al frente de una pequeña pastelería... Creo que se llamaba "Candy Love" o algo así... -Castiel se echó a reír inmediatamente mientras Lysandro le miraba desconcertado. -¿Qué sucede?

-Esa pastelería es de mis padres -Ríe el albino. -Tú debes ser hijo de los señores que llegaron hoy a la casa de al lado a la mía. -Habla con nerviosismo el pequeño albino.

-Que coincidencia -Dice Armin y ambos se quedan viendo un largo rato.

-¡Hey! Los observo hace un rato, se miran demasiado... ¡Quizás hasta terminen juntos! -Suelta de la nada Castiel y comienza a avanzar hacia la salida dejando a los dos niños atrás muy sonrojados.

-Dicúlpalo nuevamente, si sigues con nosotros acabarás acostumbrandote a sus comentarios extraños...

-No hay cuidado -Dice el pequeño pelinegro. -En realidad, me parecen muy agradables los dos, jamás había hablado con alguien un primer día de clases... Es más, jamás hablaba con nadie... Siempre estaba solo.

-Bueno, ahora estaremos solos... Pero los tres -Dice el albino con una sonrisa tierna, ambos comenzaron a avanzar, el albino en algún minuto había pasado su mano sobre la de él, y había echo que el tranquilo corazón de Armin se estremeciera ferozmente.

«Arrojaste una piedra a mi tranquilo corazón, tal vez no lo sabes»
-Like A Fool.

【CDM】Like A Fool 【YAOI】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora