【CDM】Like A Fool 【YAOI】

Capítulo 7

Nuevamente nos encontramos con Armin sentado en esa plaza vacía y fría, derramando lágrimas, sacudiendo su cabeza como para poder borrar todos esos momentos que se habían pasado por su cabeza. Hacia frío y comenzaba a llover, pero no le importó para nada, no quería volver a casa por lo menos hasta asegurarse de que Lysandro no vendría a por él, sin embargo, eso era lo que él quería.

-¿Armin? -Su cuerpo se tensó durante dos segundos, pero volvió a sus casillas al percatarse de que se trataba de Castiel. -¿Qué demonios te pasa por la cabeza hoy? No es el mejor día para sentarse en una plaza cuando va a echarse a llover torrencialmente.

-No lo sé... -Contesta desanimado. El pelirrojo lo notó, se sentó a un costado de él, se imaginaba una situación poco confortable en su mente.

-¿Qué pasó? -No recibió una respuesta, el más bajo a penas y le miraba. -Oye, mocoso, dime de una vez.

-¿Recuerdas lo que hablamos en la mañana? -Castiel asintió, esa mañana había sido feliz para él, ya que se había enterado de que por fin sus dos amigos se habían dado cuenta de las cosas, esperaba que hoy Armin corriera a decirle que Lysandro le había pedido ser su novio, pero por lo que estaba observando, no era del todo así.

-¿Qué pasa con eso?

-Supongo que otra vez me equivoqué...

-¿Cómo dices...? -Su mente comenzó a crear miles de ideas, pero se detuvo a observar el pequeño cuerpecito que temblaba de frío a su lado y que tenía ganas de llorar. Se sacó la chaqueta de cuero y cubrió a Armin con ella.

-He vivido en la expectativa, creo que ahora es muy tarde... Tardé demasiado, ni siquiera pude decírselo... Él en definitiva no estaba esperando por mí... Se cansó.

-Explícame.

-Lynn -Susurró Armin. -Está con ella ahora...

-¿Lynn? ¿Está con ella?

-No lo sé... Pero estaba tan cómodo abrazándola, ella estaba cómoda en su pecho... ¡Tan cómoda como lo estuve yo la noche del sábado! -Armin pasó sus manos por su cabello con impotencia, quería gritar. -¿Por qué pensé que eso era real? ¡Era tan claro que yo jamás le he gustado! Solo me ve como un amigo.

-Para un segundo -Manifiesta Castiel tranquilizándolo con pequeños masajes en su espalda. -¿Qué fue lo que pasó exactamente, Min?

-No ví mucho -Responde el pequeño en voz baja. -Solo estaban abrazándose, ella le ha dado las gracias por aceptar sus sentimientos y él se ha apegado mucho más a ella.

-¿Pero cómo puede ser esto posible?

-No lo sé -Castiel mira a Armin una ves más, sabía que tenía enormes ganas de llorar nuevamente. -¿Por qué no sólo me lo dijo? ¿Por qué me hizo esto?

-Me gustaría saberlo también, Min...

-Soy un tonto ¿Verdad? Sólo un tonto creería que esto resultaría...

-Eso quiere decir que también lo soy, porque pensé que hoy llegarías a mi lado gritando que ya eran novios, después de tres años...

-Me siento horrible... -Murmura Armin apoyando sus codos en sus rodillas y posteriormente posicionando su cara en sus manos. -Me gustaría que me entendieras Cass...

-En cierto modo, te entiendo... También vivo en una constante expectativa ¿Lo sabes?

-¿Eh?

-Sí, cada día que pasa siento que Nathaniel y yo podemos ser algo más, pero luego caigo del cielo, porque soy como tu, no me siento con el valor de decirle que me gusta tanto... Y solo lo molesto, me conformo con muy poco, y siento que cada día mis esperanzas se reducen. -Castiel suelta una sonrisa cargada de dolor, Armin jamás lo había escuchado así. -También me tortura saber eso, Min...

Ambos se quedan mirando el suelo durante un rato, Armin siente como un nudo se crea en su garganta, Castiel sabía que su situación no era tan dolorosa como lo era para su pequeño amigo, sin embargo, quiso darle apoyo, quizás también quería desahogarse por fin con alguien y contar todas sus preocupaciones. Pasados unos segundos las lágrimas salen de los ojos azules, y el más alto siente tanta empatía por él, siente lo mismo que él, por lo mismo le abraza fuertemente permitiéndole llorar tranquilamente, y no le importó demasiado que se haya largado a llover en ese instante, porque le importaba más ver a su pequeño mejor amigo bien y no sufriendo más de lo que estaba. Entre los sollozos del más bajo, Castiel siente unos pasos precipitados detrás de él y al voltear era exactamente la persona que estaba suponiendo. El albino le mira con dolor reflejado en sus ojos bicolores, sobre todo cuando su mirada se posa en el chico que Castiel tenía aferrado en su pecho soltando lágrimas.

-Vete -Modula con sus labios para no llamar la atención del moreno. -Yo me encargo de esto. -Pero para el albino no era suficiente simplemente dejarlo ahí con el moreno que lloraba por su culpa.

Intenta acercarse, pero Castiel vuelve a mirarle, esta vez con un poco de enojo en sus ojos, lo que lo hace detenerse en seco.

-Iremos a casa de Nath, ¿Te parece bien? -Armin asiente en su pecho, Castiel habló para darle a entender a Lysandro que no era el momento de hablar con él, y que le dejase tranquilo.

Lysandro retrocede y se esconde detrás de un arbusto, solo observa como el pelirrojo se llevaba al moreno lejos de él, también se percata de que Castiel le había dado su chaqueta a Armin para que no se mojase, y en cambio estaba él todo empapado. No podía evitar sentir celos en ese momento, sin embargo luego lo recorrió un pensamiento diez veces más doloroso, ¿Y si después de esto Armin decidía irse con Castiel? Después de todo él sabía muy bien que ellos eran confidentes, al ser tan parecidos en actitud, en forma de pensar y sobre todo en la forma en que se sentían constantemente... Se dio la media vuelta para poder ir a su casa, pero nuevamente llega un pensamiento a su cabeza.

"-¡No te quedas ahí y ve trás él, idiota!"

Era cierto. Volteó luego de unos minutos considerándolo, Castiel y su pequeño ya no estaban a su vista. No le quedó más que correr hasta la estación de metro, porque Nathaniel vivía algo apartado de la escuela. No podía echarse a morir ahora, no importaba si Armin ya no quería nada con él, debía arreglar este malentendido, debía correr y luchar por lo que le ha costado tanto conseguir, pero sobre todas las cosas, debía correr hacia el moreno y decirle de una maldita vez lo enamorado que estaba de él.