Capítulo V

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Hinata había llegado a su hogar, después de estacionar su coche; tomó una bocanada de aire. Sabía que Naruto ya estaría en casa, pues de no ser así; no se habría presentado en su oficina y le hubiese pedido hablar... Una vez dentro, se encontró a Naruto sentado en la sala con una copa de vino en su mano.

—Ya estoy aquí. ¿De qué querías hablar?— pregunta con voz firme.

—¿Desde cuando sabes que tengo una amante?— soltó de golpe.

—No fue difícil deducirlo, cambias de asistente cada 1 o 2 meses a lo mucho. No soy estúpida si eso creías.— espeta.

—Jamás lo creí. Pero ya aclarado el asunto; no hay mucho sentido de seguir hablando de esto— da un sorbo a su copa.

Hinata sintió que el dolor incrementaba, tontamente pensó que él negaría todo y le diría que nunca la ha engañado, que todo había sido una confusión por parte de ella. Pero no, ni siquiera se inmutó.

—Si eso era todo me iré a la cama—

—Espera, aún no he terminado— Naruto se levanta de su asiento.

—Dime— habla tratando de parecer indiferente.

—El próximo fin de semana habrá un evento en la empresa, se llevará a cabo un acto de beneficencia—

—Entiendo, no te preocupes; haré lo que siempre hago... Fingir ante todos que somos el matrimonio perfecto. No tienes que decírmelo que lo sé de sobra— suelta de repente.

Naruto se sorprendió ante lo que acababa de decir la peliazul.

—Si no tienes más que decir me voy a mi habitación— dice por último, dejando a Naruto totalmente perplejo.

Naruto se pasa las manos por el pelo, actuó como un imbécil... Lo que realmente quería decir era que lo sentía, sentía el haber actuado como lo hizo. Sin embargo, solo le causaba más daño. Quería liberarse del gran peso que lo atormentaba, le dolía esa situación pero en el fondo sentía que lo merecía.
Hinata en cuanto llega a su habitación no puede evitar contener las lágrimas, se sintió tan patética el aparentar algo que no era, se sentía como una niña pequeña, frágil e indefensa en ese instante deseo no amarlo como lo hacía.

A la mañana siguiente, Hinata optó por ponerse un vestido entallado en corte V color ciruela y unos tacones nude, al bajar a la sala se topó con Naruto.
Él al verla quedó asombrado; jamás le había prestado atención a los atuendos de la ojiperla, pero ese vestido le quedaba perfecto; resaltaba su esbelta figura, se sintió un poco incómodo incluso avergonzado como un adolescente.

—Buenos días— dijo al fin, tratando de mantener la compostura.

—Buenos días, creí que ya te habías ido— responde la ojiperla.

—No, aún no lo hago... ¿Gustas que te lleve al trabajo?—

Hinata se quedó muda ante el asombro que lo causó lo que acababa de escuchar.

—Me gustaría— dijo sin más.

Ambos salieron del hogar, Naruto abrió la puerta del copiloto para que la peliazul pudiese entrar; rodeó el auto y se situó en su asiento. Comenzaron a andar, rápidamente se internan al tráfico matutino que se hacía todos los días.

—Luces hermosa con ese vestido— Naruto rompe el silencio que se había causado.

—Gracias— Hinata no puede evitar sonrojarse.

—¿Te gustaría ir a comer en la tarde?—

Definitivamente Naruto estaba actuando raro... ¿Sería un sueño? Se estaba portando atento con ella.

∞ALWAYS∞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora