Capítulo XV

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Hinata iba destrozada, sus lágrimas no cesaban y su pecho dolía, sentía que el mundo se le había derrumbado. Jamás imaginó que todo había sido una farsa entre Naruto y ella.
Rápidamente llegó a su casa, de forma rápida entró y subió a su habitación; tomó sus maletas y comenzó a llenarla de ropa.
Su cabeza comenzó a doler, múltiples imágenes se cruzaron por su mente; estaba recuperando sus recuerdos.

-No, no... No es verdad- decía para sí misma. Sentía el alma destrozada y sus sentimientos heridos.

Por inercia llevó sus manos a su abultado vientre, se sentó en la cama y miro a su alrededor.
Todo había sido una fachada, las cosas que se había imaginado en el futuro no eran más que un espejismo que se había creado, una mentira que Naruto se encargó de haberla creer. Nuevamente fue una ilusa, antes y ahora lo seguía siendo.
Presa de la ira se levantó, arremetió contra lo que había a su alrededor comenzando por las cosas que había en el tocador, fotografías.
Escuchó pasos en la estancia, suponiendo que era Naruto.

-No quiero verte, quiero que te vayas- dice sin voltear a ver.

-Me temo que no soy Naruto-

Hinata se queda estática, era la voz de aquella mujer, lentamente se da la vuelva mirando a su alrededor en busca de cualquier cosa que pudiese utilizar en caso de ser necesario.

-¿Qué quieres?- pregunta temerosa aún con lágrimas en sus ojos.

-¿Qué es lo que quiero? Esa es la pregunta más estúpida.- alza la voz. -Tu sola presencia arruina todo y la de ese estorbo- señala la barriga abultada de Hinata.

-Yo no te he hecho nada- de forma automática, Hinata cubre su abultado abdomen. -Me voy a ir y no voy a regresar. Pero por favor; no me hagas daño- su voz comenzaba a quebrarse.

-Crees que soy estúpida. Él va a buscarte y no va a descansar hasta encontrarte- lleva las manos a su espalda y saca un arma y apunta a Hinata-

La ojiperla siente como sus latidos comienzan a acelerarse, un sudor frío recorrió su espalda y sentía como se dispersaba de pies a cabeza.

-Creí que ibas a morirte en ese accidente, pero de nada sirvió estropear el coche. Fue sencillo hacer parecer que solo eras una estúpida mujer loca que el embarazo le estaba haciendo mal, además de que me facilitaste las cosas por haberte ido en aquella carretera- se pasa la mano por el cuello.

-Estás demente-

-¡Cállate perra!-

Escuchan el ruido de un motor apagarse, la peliroja se acerca a la ventana sin dejar de apuntar a Hinata. Mira a Naruto bajarse del coche.

-Vino a buscarte- comienza a reírse. -Vamos a tener una reunión familiar bastante divertida-

Hinata no paraba de llorar, tenía por su vida y por la de su bebé.

-Dejame ir, te aseguro que no voy a interferir en nada-

-Dije... Que te callaras- camina hacia la peliazul y de forma agresiva la toma del brazo, mientras apuntaba su vientre.

Al subir y ver a Fuka amenazando a Hinata, Naruto sintió que el alma se le iba.

-Fuka, suelta el arma y deja ir a Hinata- caminaba de manera lenta hacia ellas.

-No des un solo paso o disparo- lo amenaza.

-No tienes por qué llegar a esto. No ella ni mi hijo tienen nada que ver-

-¿No tienen nada que ver?- arruga en entrecejo. -Me enamoré de ti Naruto, yo estuve en tus peores momentos, yo te habría perdonado todo; cualquier cosa... Menos el que me hayas dejado-

-Lamento haberte lastimado, pero jamás te prometí algo-

-Estuve para tí. A pesar de mis intentos por seducirte y hacer que me vieras cómo la mirabas a ella, de qué me tocaras como lo hacías con ella. Nunca nada funcionó-

Naruto miraba a su alrededor, en busca de algo que pudiese utilizar, sentía que su mente se fragmentaba en pedazos. Así que acudiría a su último recurso.

-Si eso es lo que quieres, eso podemos hacer. Solo tú y yo Fuka, pero no tienes que hacer esto; podemos irnos lejos de aquí y empezar una nueva vida- iba acercándose lentamente.

La pelirroja comenzaba a ceder, escuchaba idiotizada las palabras del ojiazul, era lo que más deseaba en el mundo; tenerlo solo para ella.

-¿Lo dices en serio?-

-¿Por qué tendría que engañarte?- el rubio se encontraba a unos pasos de ella, podía percibir el miedo de Hinata. Pues todo su cuerpo se encontraba tembloroso.

-¿Me crees estúpida? Todo eso lo dices para que no le haga daño a maldita. Y si no eres mío, entonces no serás de nadie- habló con rabia.

Hinata cerró los ojos con mucha fuerza, esperando a que pasara lo peor. Naruto se lanza sobre ella de un solo movimiento, comenzando a forcejear. La ojiperla se da la vuelta y mira como los dos comienzan una lucha. Naruto trataba de quitarle el arma, tratando de no hacer un mal movimiento provocando que algún disparo se escapara.

-No te interpongas- decía la peliroja.

-Basta de esto- responde el rubio.

Hinata deseo salir de ahí, como pudo saco fuerzas para poder moverse; pues sentía que su cuerpo se había congelado. Al tratar de salir de la habitación, escucha un sonido sordo y puede oler la pólvora en el aire, se da media vuelta y puede ver como Naruto y la pelirroja se quedaron quietos.
Sus piernas se volvieron de gelatina al ver como el cuerpo de Naruto iba callendo lentamente al suelo.

-Na-Naruto- dijo en un susurro.

La pelirroja se queda mirando el cuerpo, con el arma en las manos y manchadas de sangre.

-Yo, yo no...- no podía articular una palabra.

Deja caer el arma y sale huyendo de la habitación.
Hinata corre hacia Naruto, rápidamente comienza a hacer presión en la herida y como puede, toma el teléfono para llamar a Sakura.

-Te vas a poner bien- decía, quizá para tranquilizarse a sí misma. -Maldita sea- exclamó, sus manos estaban temblorosas y torpe, su vista comenzaba a volverse turbia por las lágrimas que comenzaban a salir sin parar.

-Lo-lo s-siento- hablaba el rubio con dificultad. -Por todo, h-hice las c-cosas mal, te puse e-en peligro a ti y a-a mi hijo-

-No hables ahora, estoy tratando de llamar a Sakura. Trata de respirar pausada y tranquilimente.-

-T-te quité todo- comienza a llorar. -Estabas tan llena de vida, y te q-uité todo, a t-tus padres, tu felici-dad-

-Joder Sakura, contesta- estaba cayendo en la desesperación. -No hables Naruto.-

Desesperación, miedo, angustia... Muchas fueron las sensaciones que sentía... Tan solo unos minutos se volvieron una eternidad; sentía el tiempo encima y cada segundo que pasaba, significaba que Naruto tenía nulas posibilidades.

-No cierres los ojos- le tocaba el mentón. -Mírame-

Podía ver los ojos desorbitados del rubio, luchando por mantenerlos abiertos.
Tenía que actuar rápido y tenía que hacerlo ya.

Continuará...

∞ALWAYS∞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora