Problemas y Confusión

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Félix no quería ir a la escuela, se sentía horrible, estaba cansado.

Al levantarse ni siquiera se molestó en arreglarse el cabello.
Usaba una camisa de manga larga que le quedaba algo grande y un par de jeans cualquiera, ya no usaba su ropa formal de diario, no le preocupaba la forma en que se viera.

Salió de su habitación y se encontró con su hermano, lo miró con desprecio, Adrien simplemente se alejó asustado.

Fue a la escuela a pie, no quería compartir la limusina con su hermano.
Al llegar entró directamente a su salón de clases, evitando todo contacto con Adrien y Nathaniel, no estaba de humor para hablar con su hermano y dirigirse con el pelirrojo simplemente le dolería.

Permaneció todas las clases con la cabeza pegada al escritorio, tomando pequeñas siestas de vez en cuando.

Sintió que alguien le tocaba el hombro, tratando de despertarlo. Levantó su cabeza y notó a Bridgette parada junto a él
—¿Qué?— Dijo de mala gana

—Félix, ¿Te pasa algo?— La chica no se notaba igual de nerviosa a otras veces en las que había intentado hablarle, no tartamudeaba como siempre, se veía preocupada por la situación del rubio.
Félix solo la ignoró y trató de volver a dormir
—No trato de coquetear contigo si eso crees— La chica no se rendía, quería saber que le pasaba —Te lo pregunto como tu amiga—

—Tu y yo no somos amigos— Dijo, aún con la cabeza baja

—¿Podemos dejar de fingir que no nos conocemos?— Bridgette se mostraba algo molesta —Se que tuvimos un pasado algo difícil pero aún me preocupo por ti— Félix se negaba a escuchar a Bridgette.

Años atrás, cuando los Agreste eran educados en casa, Félix se escapaba de vez en cuando de su casa, pero no con el propósito de ir a la escuela al igual que su hermano, no, el tenía algo más importante.

O mejor dicho...

Alguien.

Félix había conocido a Bridgette una tarde en el parque.
Al principio no le agradaba para nada pero conforme pasaban los días comenzaba a encariñarse con ella.
Llegaron al punto de comenzar a salir, hasta que decidieron ser una pareja oficialmente.

Todo era perfecto, Félix arriesgaba todo por ella y Bridgette lo agradecía.

Hasta que un día pasó, ella lo engañó.

Había conocido a un chico en una fiesta, bebieron demasiado y cosas pasaron.

Félix se había sentido traicionado después de eso, pero tiempo después había logrado superarlo.
Se juró a él mismo que nunca volvería a enamorarse de nadie, no quería volver a pasar por algo igual.

Pero ahora estamos aquí...

—Estás en todo tu derecho de estar enojado conmigo, no debí de engañarte con alguien tan egoísta como Luka— Bridgette miró abajo —Se que no quieres hablar conmigo, pero créeme cuando te digo que aún me preocupo por ti— Colocó su mano en el hombro de Félix —Dejame ayudarte— Bridgette conocía a Félix mejor que nadie, incluso mejor que Nathaniel. Ella sabía que aunque él y su hermano fueran diferentes tenían una cosa en común, ambos fingían ser alguien que no eran.
Félix nunca había sido tan serio y reservado, él era muy expresivo, rebelde, era encantador. Solamente le había mostrado a ella como realmente era.

Félix se puso derecho, mirando a Bridgette a los ojos
—No se que debo hacer— Estaba deprimido, se veía pálido y con enormes ojeras debajo de sus ojos —Nathaniel, Adrien, ellos dos...— Pequeñas lágrimas salían de sus ojos, hasta que comenzó a llorar sin poder controlarse.
Sin dudarlo dos veces, Bridgette lo abrazó y trato de tranquilizarlo.

Solitario Envidioso [Adrinath/Félinath]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora