Prólogo

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Jin apretó los puños releyendo la carta por onceava vez, su rostro se arrugo en un puchero y sollozo bajito tratando de no ser muy ruidoso, tendría que haberse acostumbrado a las cartas de rechazo pero no era tan fácil, sintió sus labios temblar e...

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Jin apretó los puños releyendo la carta por onceava vez, su rostro se arrugo en un puchero y sollozo bajito tratando de no ser muy ruidoso, tendría que haberse acostumbrado a las cartas de rechazo pero no era tan fácil, sintió sus labios temblar en señal de que no aguantaría demasiado tiempo sim hipar y sollozar alto, Hakyeon acarició su espalda suavemente y le dio palmaditas de apoyo tratando de no arruinar su perfecto manicure mientras Jeonghan le tendía un pañuelo, ésta vez no entendía en que había fallado, se había mudado a una hermosa y espaciosa casa en un vecindario homo amigo, la mayoría de sus vecinos eran parejas lgtb con niños buenos y sanos, se había asegurado de tener un muy buen sueldo y había acondicionado la casa para que sea cómoda para su hijo/a adoptivo.

¡Incluso había quitado las cosas puntiagudas y los vidrios! (Adiós juego de copas de 3000 dólares), sin embargo le habían negado la posibilidad de adoptar sin siquiera darle una miradita a su hogar, esta vez ni siquiera le habían enviado con un evaluador o algo por el estilo.

Todos sus vecinos tenían bonitos niños adoptados o de vientres de alquiler y él estaba harto de aquello, amaba los niños, quería tener sus propios pequeños para presumir con sus primos, quería cambiarlos, darles de comer, jugar con ellos, incluso estaba dispuesto a ser avergonzado en público por ellos, pero nadie parecia comprender aquello... ¿Qué iba a hacer con todo este amor?

— Jinnie cariño— le consolo Hakyeon con timidez— no llores, esa no es la solución

— ¿Cuál es?— preguntó como un niño pequeño— No puedo demandarlos por no considerarme apto

Lo había intentado la primera vez pero había desistido para no traerse más problemas a casa, a veces se preguntaba de qué le servía ser abogado sino podía demandar a quien quisiese, mordió sus labios para no dar una respuesta ingeniosa y sollozo más alto casi ahogandose.

— Puedes llamar a Jaehwan y preguntarle porqué fue esta vez— le recomendó alcanzandole un vaso de agua— Pero no llores, debes sonar seguro de ti mismo

— ¿Llamarle?— se estremecio algo acobardado— ¡Va a gritarme! Se suponía que esta vez tenía todo listo para adoptar

— ¿Qué otra opción te queda?—

Fue por su teléfono sintiendo la mirada de sus amigos sobre él y bufo en voz baja mientras el teléfono empezaba a sonar, ya podía imaginarse todo lo que Ken iba a reñirle, jugo con sus dedos y se sintió aliviado cuando el chico no contestó.

— ¡Vuelve a llamar, Seok Jin!— le riño Jeonghan adivinando su pensamiento— ¡No me hagas ir para allá!

Zapateo avergonzado y tomó el teléfono repitiendo sus acciones anteriores, espero hasta que el chico contestase y maldijo en voz baja cuando la odiosa vocecita de su mejor amigo sonó del otro lado.

Two and a half babies [NAMJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora