Finalmente mi amiga y yo escogimos lados y caminos diferentes, después de haberme hecho sentir como una persona de verdad, aunque en algunas etapas me lo hizo pasar bastante mal.
Pero como toda historia adolescente, no solo eran problemas de chicas que se distancian, no.
Siempre he sido una persona muy sociable, extrovertida y muy reservada a la vez, he tenido que tragar cientos y miles de broncas, temas de adicciones, de ventas, todo... hospitales, y siempre que he podido y he sabido ha tenido un hombro donde llorar y ahogar sus penas y de verdad, son bastantes.
Dejando atrás el pasado, ahora viene el presente y es que una historia adolescente no le podía faltar el amor.
Mi primer amor fue desastroso, mi padre siempre me tiene dicho que a las personas gorditas suelen tenerlo difícil a la hora de encontrar pareja, muchas personas dicen de no importarle el físico cuando la realidad es otra muy diferente, sinceramente, es cruel pero lleva razón.
Pero yo tuve ese primer amor, me llevaba cuatro años, yo una niña que no le temía a nada de catorce y él un hombretón de dieciocho años. A él le di mi primer beso, aunque nunca nos dijimos te quiero, al final acabé sintiendo algo por él y precisamente no era amor, sólo quería lo que quería un chico de dieciocho años que por desgracia vivía a penas con su familia.
Lo peor que se puede sentir es estar con alguien que posiblemente no sienta nada por ti. Todo esto duró dos años con ibas y venidas.