Sexta parte

10 2 0
                                    

Amistad, sentimientos...
Tenía la necesidad de contárselo, de decir todo la galaxia que pasaba por mi cuando estaba cerca, como las estrellas fugaces lucían en su mayor esplendor cuando me acariciaba, como el anillo de Saturno giraba sin control con solo estar a centímetros, como la galaxia que había creado, iba a su bola cuando me besabas, pero para ti, era la primera vez.
Llegó diciembre, mi boca hablaba por si sola, no pude contenerlo más, vino a mi casa y tras estallar, se lo dije alto y claro:
"Creías que no ibas a ser capaz de enamorar a alguien, pues aquí me tienes..."
El silencio se hizo con la habitación y no supe hacer otra cosa que besarle, sin embargo se quedó de piedra, se llevó las manos a la cara, aturdida, avergonzada, no sabía que hacer, pero yo intuía que esto era mutuo.
Todo era frío, sentí que lo había jodido completamente todo, pero no me abandonó, seguimos siendo amigas...
Pero más tarde, los astros se alinearían, y tras tardes juntos, volvía a pasar, seguíamos besándonos, pero siendo amigas y por dentro, me mataba la idea de no ser algo más...
Hasta que pronunció la frase que nunca jamás se me olvidará: "pero es que me gusta que me des besos", no supe decir otra cosa que si le gustaba mis besos, tal vez le gustase yo...
Esa noche de diciembre, helada y fría, se convirtió en la noche más cálida de un pleno agosto... recapacitó...
¿Qué pasó?
Tras velar los sentimientos a través de un pantalla, consiguió hacerme sentir en un estado de éxtasis con solo pronunciar unas cuantas palabras, "he recapacitado y creo que me gustas..."
Nunca unas palabras habían conseguido hacerme tan feliz, no me lo podía creer, mi mejor amiga, la persona que quería, todo eso era recíproco...
"Me has cambiado por completo"- me dijo.
Fui su primer te quiero, su primer beso y su primer amor y realmente esperaba ser el único.
Me encantó ser la primera, para mí, ella era el verdaderamente la primera. Dicen que el amor es jodidamente bonito y he de decir que es verdad, que te vuelves como tonto, empalagoso... todo esto es cierto, yo era una tonta que se moría por pasar un segundo con ella y ella era la tonta que se moría por estar conmigo a solas.
Recapacitó, asumió todo, pero no quería empezar una relación y eso me aturdía, quería proteger nuestra amistad, así que no empezamos nada serio pero... yo tenía que cambiar eso.

Contra corriente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora