Enamorarse, una palabra, un verbo, diez letras, y un sentimiento recíproco.
Estaba bailando la mejor sintonía de mi vida y todo junto a ella.
Pero siento que os he engañado, no me enamoré de mi mejor amigo, sino de mi mejor amiga y no me avergüenzo de ello.
He guardado esta pequeña parte de mi, agarré ese detalle y lo guarde en un baúl refugiado en mi corazón pero revoltoso se fugó, saliendo y flotando hasta llegar a esta parte.
Soy una chica de dieciocho años, con varias experiencias en el amor y nunca las agujas de mi reloj se habían acelerado con tanta premura al ver a alguien y ese alguien era mi mejor amiga.
He cambiado cada verso, cada palabra, porque no giraba en torno a un "él", Saturno levitaba en torno a un "ella".
Muchas personas pueden no entenderlo, otras pueden notarlo solo al vernos juntas, pero tanto ella como yo, al principio fue difícil como encontrar la pieza que falta de un puzzle de mil piezas, pero sin miedo, cogiendo aire, ambas hemos ido superando cada acantilado abrupto y cada obstáculo que nos ha depositado la vida.
Siento que soy estúpida por haberla escondido tanto tiempo, pero en parte, ella tampoco le agradaba la idea.
Pero yo soy aquella persona que alega que lo importante es ser feliz en esta vida, porque hagas lo que hagas, te van a criticar y yo soy la persona más feliz a su lado, porque no sólo es mi mejor amiga, es mi alma gemela, mi hermana, mi universo infinito donde me encontraba a mi aire tan a gusto, mi mar en calma, mi noche de estrellas, mi sitio para refugiarme, donde llorar y donde poder ser yo misma.
Al fin y al cabo, todo.