Mi situación amorosa era más grande que la edad que tenía, yo sin saber nada, como quien dice, entré en ese mundo y no quise salir.
Llegué a bachillerato y todo esto se esfumo. Pero mis sentimientos eran otros muy diferentes, me empezó a gustar mi mejor amigo y otros tres en menos de tres meses y ahí supe cuando realmente nunca había amado a alguien con el corazón.
Hasta que conocí a una persona, compartíamos clase en una pequeña optativa y me había llamado la atención, era una persona tímida, con aquella sonrisa tan preciosa.
Eramos el día y la noche, esa persona tímida que cuando me nombraban en la lista solo era capaz de mirarme y reírse y eso se quedó grabado en mi corazón y en mi memoria.
Pasaron los meses rápido y empezamos a entablar amistad, me moría de ganas de ser amiga suya. Una de las cosas que más me gusta, es hacer que las personas tímidas dejen de serlo, que salgan de su universo, de su burbuja y que me habrán paso y eso es lo que hizo.
Y es que eso me hace sentir única.