"Loba Salvaje"
Punto de vista de Amore.
Hace unas semanas volví a Forks con mi manada. A través de un sueño, la Madre Luna se presentó avisándome que el riesgo había desaparecido, pero que alguien me necesitaría más adelante. Edward quiso preguntarme cosas que sentía que le ocultaba, así que le dije que pronto lograría entender todo, solo que me diera tiempo.
Justo después, me tomó por sorpresa que me dijera que Bella había aceptado ser su esposa. Lo felicité como pude, saltando sobre él y lamiéndole el rostro. Me alegraba que mi amigo vampiro al fin fuese feliz.
Lamentablemente, a la semana que Edward celebraba su casamiento, no podría asistir por algún motivo especial; la Madre Luna me había encomendado cuidar y guiar a un lobo de la reserva. Tuve que dejar a un beta al mando de mi manada, pero solo sería por un mes, al menos. Me era tan complicado alejarme de las crías y de la manada por estas misiones.
Al pasar dos semanas, finalmente había llegado a la punta de Alaska, a un bosque que conocía bien; era el territorio que anteriormente había visitado. Cuando olfateaba el ambiente, me percaté de un aroma nuevo, así que lo seguí hasta un lugar donde el olor a lobo macho aumentaba, encontrándome con quejidos de dolor y ojos tristes de un lobo terracota.
«Aléjate», escuché su gruñido, totalmente a la defensiva.
Lo observé seria y fijamente sin bajar la cabeza, manteniendo la firmeza de Alfa.
«Calma tu ansia», pensé con mi posición Alfa, acercándome.
El lobo bajó la cabeza en sumisión, extrañado por su acción.
«¿Cómo...? ¿Qué eres?», piensa desanimado.
«Una loba especial. ¿Te has perdido?», le pregunté mentalmente.
El lobo negó y ladeó la cabeza. «Soy Jacob, me dicen Jake y he huido de mi manada... por problemas personales», se presentó el lobo terracota.
Ese nombre me sonó. ¿Acaso es él? Justo cuando me iba a presentar, el lobo se lanzó sobre mí, quedando sin escapatoria.
«Tú eres la loba rojiza que estaba con los chupasangres. ¿Por qué?», pensó amenazante Jacob.
Gruñí, intentando sacarme de su agarre, pero no pude.
«Ésta no es la forma, Jacob. Atacando no recibirás respuesta alguna», pensé, gruñendo y mostrando mis dientes.
Jacob me gruñó cerca del cuello con intención de morderme.
Mis ojos brillaron. Con un movimiento, golpeé su estómago con mis patas traseras, rodamos y quedé sobre él.
«Cachorro inmaduro, reacciona. No soy el enemigo, soy de la misma raza. Esos vampiros son amigos, y tengo un tratado con ellos. Tranquilízate o me verás forzada a dormirte hasta que lo hagas», pensé con tono Alfa.
Jacob gimoteó, temblando de impotencia, pero cedió levemente. Sin embargo, luego vi un nuevo movimiento venir, y poco después sus ojos se volvieron más oscuros.
«Amore, huye, hija mía», escuché la voz suave de mi madre.
No dudé en sucumbir a sus palabras. Salté y, con agilidad, me alejé del lobo, comenzando a correr. Pero él, enojado, empezó a perseguirme. Con nuestras velocidades, estábamos a punto de chocar con un árbol; me había dejado sin escapatoria, o eso es lo que creía.
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Amore [Paul Lahote]
WerwolfEn la reserva Quileute, el amor entre Paul y Amore trasciende la realidad, desafiando el destino y las antiguas leyendas. Atrapados en un mundo donde la naturaleza y lo sobrenatural se entrelazan, su conexión profunda despierta pasiones primitivas y...