Capítulo 1

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Capítulo 1:

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Capítulo 1:

¿Quién es esa loba salvaje?

Paul Lahote había pasado las últimas semanas más molesto de lo habitual. Ser parte de la manada, siempre en sintonía con los pensamientos de Jacob, hacía difícil ignorar el drama constante alrededor de Bella Swan y los Cullen. Era agotador escuchar la misma historia una y otra vez: la chica vampiro que no sabía lo que quería, el chico lobo que estaba completamente cegado por ella, y la constante amenaza de los chupasangres. Para Paul, todo el asunto era una molestia.

Sin embargo, algo estaba cambiando en el aire. La marcha de los Cullen había traído un respiro temporal, pero la amenaza de una vampira cazando en los alrededores lo mantenía alerta. Las cosas se estaban complicando más de lo que la manada estaba acostumbrada. Cada patrulla traía nuevas tensiones.

Una tarde, mientras patrullaba junto a Jared, Paul captó un aroma que lo detuvo en seco. Era un olor extraño, una mezcla de tierra mojada y canela, tan fuerte que lo invadió por completo. El aroma era salvaje, antiguo, y encendió algo en su interior, una respuesta tan primitiva que ni él mismo podía entender. Sin pensarlo, comenzó a correr hacia el origen del olor, ignorando las preguntas de Jared que resonaban en su mente.

Cuando llegó al claro, lo vio. O mejor dicho, la vio.

Una loba. Salvaje, imponente, de pelaje rojizo pardo y blanco. Su presencia era majestuosa, y a su lado, para su sorpresa, estaba Bella Swan. Paul apenas notó a la humana; toda su atención estaba fija en la loba. Nunca había visto algo como eso antes. La loba estaba cerca de Bella, pero su enfoque no estaba en ella. No mostraba ningún signo de sumisión, tampoco de agresión. Había algo más en ella, algo que Paul no lograba descifrar pero que lo atraía con una intensidad que lo tomó por sorpresa.

En ese momento, Paul sintió un tirón en su pecho, como si su alma lobuna estuviera conectada de alguna manera con esa criatura salvaje. No era Bella quien ocupaba sus pensamientos; era la loba, esa presencia indomable, que lo hacía sentir vulnerable de una forma completamente nueva. No había lógica en ello, solo un instinto primario que lo dominaba.

La loba giró su cabeza hacia él, y sus ojos se encontraron. Fue como un choque eléctrico. En ese instante, Paul sintió que todo su ser se sincronizaba con ella. La loba no mostró temor, solo una curiosidad controlada. En lugar de huir, le mantuvo la mirada con firmeza, como si lo estuviera evaluando. Esa conexión lo tomó por sorpresa; era algo que no había sentido jamás, ni siquiera con los de su propia manada. Ella no era como los lobos Quileute. Su naturaleza era más libre, más salvaje, como si no estuviera ligada a las reglas que ellos seguían. Paul, en su forma lobuna, sentía el tirón, esa atracción salvaje e instintiva hacia ella.

Antes de que pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, la loba lamió la mano de Bella, y luego, con una calma sobrenatural, se alejó, desapareciendo en la espesura del bosque. Paul intentó seguirla, pero algo dentro de él lo detuvo. No era miedo, sino un respeto instintivo hacia esa criatura. No se trataba de una simple loba. Había algo más, algo que él aún no comprendía.

Sam llegó poco después. La expresión de su alfa era seria mientras observaba el lugar donde había estado la loba. «No la sigas», le ordenó a Paul. «Ya no está aquí, y si lo intentas, perderás más que tu tiempo.»

Paul, aún confundido por lo que acababa de experimentar, no dijo nada. Sam tenía razón, claro. Pero eso no quitaba la sensación de incompletitud que sentía. La loba lo había marcado de alguna forma, y él lo sabía. No podía sacarla de su mente, y no era por deseo o por fascinación romántica, sino algo mucho más profundo: una atracción primal, una conexión con su naturaleza más salvaje.

Cuando volvieron a la reserva, Paul no dijo una palabra. Jared, por supuesto, no tardó en molestarlo.

—Oye, bro, ¿aún sigues pensando en esa loba? Porque, déjame decirte, parecías completamente embobado—, dijo entre risas.

Paul resopló, irritado, pero no podía negar la verdad detrás de las palabras de Jared. Algo había cambiado en él. Sentía un vacío que antes no estaba ahí, un vacío que solo esa loba parecía poder llenar.

Los días pasaron, pero la imagen de la loba no lo abandonaba. Durante cada patrulla, cada transformación, buscaba su rastro, esperando volver a sentir esa conexión. Los pensamientos de Jacob sobre Bella, las discusiones interminables, todo eso pasó a segundo plano para Paul. Su mente estaba ocupada con un misterio mucho más intrigante.

¿Quién era esa loba? ¿Por qué se sentía tan atraído por ella?

No lo sabía, pero estaba decidido a descubrirlo. Y con cada día que pasaba, esa sensación se volvía más intensa, más imposible de ignorar.

Amore [Paul Lahote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora