Capítulo 14

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Niall y Josh, contrario de lo que yo esperaba, entendieron todo a la perfección e incluso comentaron que desde aquel momento algunas otras cosas comenzaban a cobrar sentido. Se sentía muy bien al final sacar todo aquello de adentro, y conseguir la opinión del lado masculino. April ya había hecho todo lo que había podido, y quizás otro punto de vista me serviría de mucha ayuda. Los chicos estuvieron un tiempo en silencio, supongo que procesando todo lo que les acababa de soltar. Todos y cada uno de los detalles de todas y cada una de las situaciones en las que me había encontrado envuelta desde que había llegado a Londres. Josh fue el primero en hablar, diciendo que podía entender por qué el muchacho de la noche no salvaje se había metido tanto debajo de mi piel. Él creía que me había hecho sentir muy bien esa noche, a pesar de haber olvidado todo luego. Aunque dijo, también, que quizás no era de esa forma, que tal vez yo había oprimido el recuerdo por una razón totalmente desconocida.  Él pensaba que lo podría haber hecho para no lastimarme a mí misma, o gracias a la aparición de Nathan… Pero eran conclusiones que no me convencían para nada. Había estado tan decidida a encontrarlo, que era poco probable creer que lo estaba evitando. Y a pesar de que había conocido a Nathan después, eso no quería decir que se me hubiese nublado la memoria en aquel instante. Mis sentimientos, y atracción, fueron creciendo a medida que el tiempo pasaba, no de una sola mirada. Continuamos el tema con lo que Niall tenía que decir al respecto. No le sorprendió para nada que el chico del que estaba enamorada fuera Nathan. Desde aquella salida dónde me negué rotundamente a contarle para quién me había puesto tan provocativo atuendo, él tenía sus sospechas. Me aseguró que lo notó por actitudes más que por lo obvio de mis actos. Eso me reconfortaba, porque no había querido lanzarme despavorida a los brazos del muchacho, irradiando desespero. Sin embargo, su consejo fue que tenía que haber sido más demostrativa. Mi entrecejo se unió hasta no quedar ni un pedazo de piel a la vista entre mis cejas. Niall me explicó que, aunque estuviese confundida, debía de haberle demostrado más sentimientos. Yo creía que con lo que había hecho ya estaba bastante claro, pero al parecer no había sido así. La forma en que suspiró cuando confesé las razones que me abstenían de salir con Nathan, o al menos intentarlo, mostraba su exasperación. Él sabía lo profesional, y cabeza dura que podía ser. Así fue como los tres juntos llegamos al siguiente acuerdo, teniendo en cuenta qué sería lo mejor para mí. O para “nuestra relación”.

Ignorancia, pero no letal.

Salir de la cama, incluso abrir los ojos ese domingo en la mañana, me había tomado toda mi fuerza de voluntad. Lentamente salí de mi cuarto, y preparé café y té en la cocina. No quise despertar a nadie, así que dejé todo caliente. Tomé mi taza de café, y encendiendo la televisión al volumen mínimo captado por el oído, me senté en el sofá. Estuve cambiando de canal en canal hasta encontrar una película que lucía bastante atractiva. Me puse a pensar en lo afortunada que era, mirando todas aquellas caras bonitas en la pantalla. La mayoría de las chicas soñaban con alguna vez conocer a alguno de aquellos chicos famosos, y yo me había rodeado de algunos desde pequeña. Había tenido mucha suerte. Bebiendo sorbos pequeños me fui bajando mi bebida en soledad. Nadie hizo acto de presencia mientras estuve allí. Me pregunté a qué hora de la madrugada había llegado April… Pensamiento que me recordó que debía levantar el periódico en la entrada. No tenía muchas ganas de cambiar de atuendo, así que bordada de pingüinos bajé hasta la entrada principal. Apenas saludé al portero ya que era un hombre muy serio. Busqué el número de nuestro apartamento, y saqué nuestra correspondencia del pequeño compartimiento. Deshice todo mi camino hasta el sofá, y lancé los sobres y propagandas sobre la mesita de la sala. Me serví algo más de café para acompañar la lectura matutina. Ojee algunas hojas, hasta que llegué a la parte de “Espectáculos”, donde me detuve de golpe al ver dos figuras conocidas en una esquina. El cabello rubio le cubría la mayor parte del rostro, mientras que al Nathan no llevar gorra, podías vérselo perfectamente. Su expresión era seria, y llevaba las manos en los pantalones. La muchacha lo seguía por detrás, y tenía un brazo alzado hacia adelante buscando tomarlo de alguna parte. Él parecía ignorar aquella actitud por completo. Era la primera vez que veía una foto de él evitando a la persona que lo acompañaba. ¿Sería ella una chica de una noche? No había parecido serlo en la fiesta cuando se presentó como “una vieja amiga”. No podía negar que de nuevo había sentido aquellos celos irracionales crecer desde mi estómago hacia todas partes de mi cuerpo. No pude evitar imaginarme en el lugar de aquella chica. Suspiré resignada. En ese momento la certeza cayó sobre mí. Tenía que decidir qué era lo que iba a hacer con mis sentimientos, no iba a ser capaz de seguir escondiendo todo aquello por más tiempo.

Wrapped On YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora