Stella en Cimmeria

Cap 1

Ya estaba de camino a Cimmeria, en aquel coche que Nathaniel había preparado para que me condujera a mi destino, a la misión que tengo que desempeñar para el. No podía sacarme de la cabeza lo que Nathaniel me dijo antes de salir para allá:

"Disimula. Gánate su confianza y todo ira bien. Ponme al día de TODO lo que pase y no metas la pata... Un solo error, y serás castigada sin la menor piedad ¡¿ME HE EXPRESADO CON CLARIDAD?!"

Pensar en esto me ponía de los nervios, y, por si fuera poco, el tipo que envió Nathaniel para que me llevara no ayudaba precisamente... ese idiota disfrutaba metiendose conmigo y repitiéndome las ordenes que ya me habían quedado claras, como si fuera una estúpida. No veía el momento de salir de ese coche y empezar con esto. Por fin llegamos a Cimmeria, llego la hora, estoy mas que preparada para cumplir con mis ordenes. Los demás alumnos, al igual que yo, iban llegando, con la única diferencia de que todos o casi todos se reunían con sus amigos....

Yo no tengo amigos.

No conocia a nadie, me sentía como un pez fuera del agua. El idiota del tío que me trajo se largó en cuanto tuvo la oportunidad, así que estaba completamente sola a partir de ese momento. Desorientada, cogí mis cosas comencé a adentrarme entre la multitud...

Si quiero mezclarme entre ellos, debo empezar ya.

No sabía ni que hacer ni a donde ir. Caminaba de un lado para otro, y por torpe, me choque contra alguien. Quejándome del golpe, me di la vuelta para mirar a quien quiera que sea la persona con la que me acababa de chocar. Un chico rubio y de ojos grises, con una cálida mirada que me desconcertaba, fue la víctima de aquel choque.

-Oh, yo... Lo siento mucho,-dijo el- ¿te encuentras bien?

Ese chico debía de tener unos 16 o 17 años, mas o menos igual que yo. ¡Y lo cierto es que era muy guapo!

¡No Stella! No hay tiempo para pensar en chicos, tengo algo importante que hacer... Y no creo que sea muy buena idea enamorarme de alguien de aquí, YO SOY UNA INFILTRADA, soy su enemiga

-Estoy bien... -conteste algo seca- no fue nada...

Fui alejandome de ese chico poco a poco. Al principio caminaba de espaldas, y, cuando intentaba darme la vuelta... Tropecé y me caí. ¡Que vergüenza! El chico me miraba y se reía. Yo lo fulminaba con la mirada, nunca me gusto que se rieran de mi ¿Que le hacia tanta gracia? El, sin embargo, se acerco a mi y me tendió la mano para ayudarme. Yo dude un momento, y el desconocido enarco una ceja. Finalmente, me cogí de su mano y me puse en pie con su ayuda. Una vez en pie, me di cuenta de de la amabilidad con la que ese chico me estaba sonriendo.

¿Cuanto tiempo hace desde la última vez que alguien me sonreía así? Demasiado tiempo...

Las puertas se abrieron, y todos comenzaron a entrar en masa. A mi me agobiaba tanta multitud. Aquel chico desapareció de mi vista y yo me dispuse a seguir a la mayoría, por hacer algo... Todo fue muy rápido, el tour por la academia, las habitaciones... Ojalá hubiera sido así con el discurso de bienvenida, el salón de actos estaba llenísimo, y, como ya dije, tanta multitud me agobia. Una mujer joven, con un pelo muy bonito, de color miel se había puesto frente a nosotros pidiendo silencio. Debía de ser Isabelle, la directora. Nathaniel ya me había advertido de que me cuidara de ella, ¿Por que? Si no parecía peligrosa... Cuando todos se quedaron en silencio, la mujer empezó a hablar. Efectivamente, ella era Isabelle, la directora de Cimmeria, y, según Nathaniel, el enemigo. Ella dio el típico discurso de bienvenida, y después nos repartieron los horarios. En el mío decía algo de unas clases nocturnas, o algo parecido... Debía de tratarse d la Night School, Nathaniel me dijo antes de venir que lo arreglaría todo para que yo pudiera entrar en la NS, porque, según el, sería más fácil para mi cumplir con esta misión.

Me fui a dar una vuelta por la academia, me apetecía curiosear un poco... Los pasillos eran quilometricos, y estaban llenos de alumnos que iban de aquí para allá. Algunas veces me fijaba en alguien que miraba descaradamente, y eso lo hizo más de uno ¿No habian visto nunca una cara nueva o que? Me sentía molesta e incomoda, pero peor fue cuando tuve que entrar en el comedor. Todos de sentaban en grupo a comer mientras charlaban y reían. Mientras pasaba observe que unas chicas me miraban indiscretamente, y por como me miraban, creo que no pensaban en darme la bienvenida a Cimmeria, precisamente.

¡Que les den! No van a intimidarme, seguro que yo tengo más cerebro que esas tres juntas

Hice como si no existieran y pase de lado. Al fondo del comedor halle una mesa completamente vacía, y me senté. A los dos minutos de sentarme, llegaron un grupo de amiguitos. Por un momento, yo les mire expectante, a la espera de que ocurriera algo...