C A P Í T U L O 8.

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Niall no paraba de moverse y reírse. Y su risa sí que era hermosa.

– Z-zayn para, p-por favor –trataba de decir Niall ahogándose con sus propias carcajadas.

Zayn sonrió dejando de hacerle cosquillas y tumbándose a su lado, abrazándolo por la cintura y acercándolo a su cuerpo. Niall le miró y sonrió ampliamente. El moreno le sonrió de vuelta y le guiñó un ojo, haciendo que las mejillas del rubio se tiñeran de un leve sonrojo.

– Te ves lindo cuando te sonrojas –susurró Zayn sin apartar su mirada.

Niall se sonrojó más y tapó su cara por la vergüenza. Zayn quitó sus más con delicadeza y se inclinó más cerca de él.

– No te tapes, bobo –susurró, nuevamente, pero esta vez sobre el oído de Niall.

Y no pudo evitar morder el lóbulo de su oreja, por impulso, es que estaban tan cerca.

– Z-Zayn –jadeó el rubio entre los brazos del más alto agarrando la camiseta de este.

– Dime, bebé.

Niall volvió a sonrojarse.

– Bebé –repitió el oji-azul escondiendo su cara en el pecho del moreno.

Zayn acarició su revuelto cabello y besó su frente con cariño. Niall levantó la cabeza mirándole con asombro, el moreno solo le sonrió.

– Debo irme –dijo Zayn incorporándose en la cama.

– Quédate a merendar, Zaynie –dijo su niño haciendo un tierno puchero.

El moreno sonrió.

– ¿Zaynie? –preguntó curioso.

Niall desvió su mirada al techo por la vergüenza que sentía.

– Hey, bebé –llamó Zayn y el rubio le miró–, me encanta que me llames así.

Niall sonrió, se incorporó al lado del otro chico y besó su mejilla.

– ¡Vamos a merendar! –exclamó el oji-azul feliz y se levantó de la cama.

En su cabeza no paraba de reproducirse el momento en que Zayn le había llamado bebé, cuando le abrazó por la cintura y le pegó a su cuerpo. Se había sentido en el mismísimo cielo al estar entre sus brazos.

Y esa sensación que había sentido cuando lo abrazó por primera vez la volvió a sentir. Justo ahí, en mitad del pasillo cuando se dirigían a la cocina, Zayn enrolló sus brazos alrededor de la cintura del más bajo y continuaron caminando así.

Ambos sentía que eso era tan malditamente correcto, tan malditamente bueno.

Cuando entraron a la cocina Zayn se sentó en uno de los taburetes y Niall se acercó al frigorífico, abriéndolo.

– ¿Qué quieres de comer, Zaynie? –preguntó Niall mirando en el interior del frigorífico, dándole especial énfasis al apodo que le había puesto a Zayn.

– Mm, ¿qué tienes?

– Ven a ver.

Zayn se acercó a él y apoyó su barbilla sobre el hombro del rubio, mientras observaba el interior.

– ¿Tienes un maldito sándwich de pollo con lechuga? –preguntó Zayn casi babeando, le encantaba el pollo.

Niall asintió con una sonrisa y lo sacó. 

–Mi hermano me cuida bien, que decir.

Cogió un par de cosas más, junto con las bebidas y se fueron al salón pues habían pensado en ver una película mientras comían su merienda.

Niall dejó que Zayn rebuscara entre las películas que tenía y que fuera el mismo quien eligiera una. Cogió La huérfana. Y el oji-azul maldijo en su interior. Odiaba esa maldita película, le daba un miedo atroz la niñita que salía ahí; con la piel tan pálida y esos ojos que parecían tan macabros aunque, más que parecer, eran, en sí, macabros.

Zayn puso el DVD y se sentó junto a Niall.

No habían transcurrido nada más que unos cinco minutos y Niall ya estaba muriéndose del miedo y del asco. En la pantalla aparecía un bebé en sangre viva y a, la que se suponía que era su madre, gritando a todo pulmón.

– Zayn –susurró alzando la mirada; el moreno le miro, también, esperando a que continuara hablando–, tengo miedo.

Zayn esbozó una sonrisa torcida y palmeó su regazo para que Niall se sentará, que lo hizo segundos después. Se acurrucó contra su pecho y agarró su camiseta ente sus manos. Se abstuvo de mirar la película por un largo tiempo y, cuando lo hizo, se arrepintió al instante. La huérfana tenía un martillo en la mano y golpeaba con fiereza la cabeza de una monja que yacía en el suelo inconsciente.

Niall volvió a esconder la cara en el pecho de Zayn temblando como un flan, estaba seguro de que esa noche tendría unas pesadillas horribles.

– ¿Tienes miedo, niño bebé? –se burló Zayn.

Niall pellizcó su estómago a modo de queja.

– Ouch, eso dolió –susurró el moreno.

El oji-azul soltó una risita, sabía que el más alto estaba exagerando.

– Encima te ríes, quítate de aquí, bicho.

Niall hizo u puchero y enrolló sus brazos alrededor del cuello del moreno.

– No, Zayn.

Zayn sonrió con suficiencia. Pasó sus brazos alrededor de la cintura del rubio y le abrazó más fuerte contra él.

– Tranquilo, pequeño, que no te voy a soltar.

Besó su mejilla y Niall volvió a acomodarse en su pecho.



Esto es una completa mierda, literal. 

Gracias por todo el apoyo.


Enjoy!

Loves you, Blue x.






My nerd »ziallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora