03 - No me olvides

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"Jazmín. No me corte. ¿Cuántas posibilidades hay de que vuelva a llamar otro día y me atienda usted?"

¿ Y por qué querría eso?"

"Porque usted me dio más respuestas que cualquier persona en mis casi treinta años."

Eso a Jazmín le resultó un golpe en el pecho. Hacía mucho tiempo que alguien no le decía algo del estilo. Siempre fue ella la que andaba por la vida buscando respuestas, y ahora resulta que era ella quien las daba.

"Quizás porque yo ya los tengo."

"No. Usted es... especial."

"¿Ahora es usted la que analiza?"

"No necesito analizarla."

"No me conoce."

"Pero parece que usted a mi sí."

Otro golpe en su pecho. Nunca nadie la había hecho sentirse así de importante a Jazmín. Creció con dos padres que sólo habían puesto expectativas muy altas en ella, entonces todo lo que lograba no dejaba de ser insuficiente para ellos. No estudió Economía como quería su padre. No era amiga de sus compañeras de colegio más populares como esperaba su madre. No manejaba su empresa como quería su padre. No se vestía como esperaba su madre. No estaba casada y con hijos para la edad a la que ellos ya tenían todo. Y para socavar lo poco de orgullo que sentían por su hija, la primer pareja que llevó a conocer a su casa resultó ser una mujer.
No tardaron mucho en dejar ir a su hija. No insistieron en que se quede.
Y como Jazmín no tenía nada de lo que sus padres esperaban, ellos tampoco tenían aquello que su hija anhelaba. Algo tan simple como amor.

"Florencia. No sé si es correcto hablar en estos términos. Es mi trabajo."

"Disculpe. No quise incomodarla."

Lejos estaba de eso. Flor había resultado en tan solo unas horas su mejor compañía desde hacía meses.

"Hagamos algo. Vuelva a llamar mañana. Después de las seis de la tarde, cuando ya no quede nadie."

Flor finalmente cortó. Ella también estaba en su trabajo. Pero a diferencia de Jazmín, su lugar de trabajo estaba atestado de gente.
Pero ella estaba recluida en su oficina. Sola y en silencio. Sola y a oscuras.
Tenía en su mano apretado el teléfono sobre su pecho.
Ella también había sentido eso. Eso que no sabía definir.
Y esa voz dulce y firme no iba a poder borrarla.
Escuchó ruidos afuera y se quedó en silencio esperando a que nadie la vea.
Últimamente Flor solo buscaba lugares así, aislados. Sin que nadie la moleste.
¿Por qué había llamado? Y sobre todo ¿Por qué sentía ahora que no iba a querer dejar de llamar? ¿Eran tan efectivos vendiendo o Jazmín era especial? Flor se jugaba por la segunda. Rememoró toda la charla, las sensaciones.
Volvió a su casa tarde. También allí todo estaba a oscuras. Y agradeció que así fuera.
Su novio solía ausentarse casi todos los días. Prefería juntarse con amigos o hacer deportes antes de compartir momentos con ella. Flor pasaba casi todas las cenas sola, mirando alguna serie. Los fines de semana visitaban a sus familias y allí simulaban ser una pareja feliz.
Ambos sabían que no era así. Era más por costumbre que por amor.
Sus familias eran muy amigas y todos creían que estaban destinados a estar juntos.
Todos menos ellos dos, claro.
Flor se sentó en el comedor y empezó a abrir los sobres que había juntado del buzón.
Tomó el que era del Banco donde seguramente estaba el resumen de su tarjeta de crédito. Pero por error o por obra del destino, no abrió el de ella, sino que estaba viendo el resumen de la tarjeta de su novio.
Florerías, joyerías, tiendas de ropa de mujer, restaurantes. Flor no había recibido nada de todo aquello. Ella no había sido la agasajada de todos esos presentes que había comprado su novio.
Una sensación de agobio, bronca y tristeza la invadió.
Pero no quería discutir. No quería afrontar la verdad.
Tomó una valija con algunas cosas, dejó una nota en la mesa junto con el resumen de la tarjeta al lado y se fue.

Inercia - Flozmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora