07 - Mirarse

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"Flor"

"Jazmín"

Se miraron. Se conocieron. Se recorrieron una y otra vez con la mirada. Las gotas que comenzaban a caer lentamente no interrumpían su tarea.
Jazmín era tal cual Flor se la imaginaba. Una mujer que aparentaba ser fuerte, una mujer con la mirada profunda tal cual observaba a la vida. Una belleza exterior increíble. Con esos rizos rojos vivos que ni la lluvia opacaban. Con esos ojos verdes donde cualquiera podía perderse. Con esa sonrisa tímida que la invitaba a sonreír a ella también. Con esa vestimenta tan personal y con tanta actitud, que no ajusticiaban a sus verdaderas curvas.

Flor era tal cual Jazmín se la imaginaba. Su pequeña contextura pero con actitud avasalladora. Su mirada tierna. Su seriedad. Sus temores. Su ropa floreada que describía más que su nombre, describía su alma.
Y de repente, Flor volteó y comenzó a caminar para el lado contrario. Jazmín tardó en reaccionar pero empezó a ir rápidamente atrás suyo hasta alcanzarla y frenarla. Se paró en frente suyo y la tomó de la mano.

"¡Flor! ¿Qué pasa? ¿Por qué te vas?"

No la miraba, tenía sus ojos fijos en el suelo "No quiero hablar."

Jazmín temía haberla decepcionado "¿Qué pasa? ¿No soy lo que pensabas?"

"Sos exactamente como te pensé."

Y no. Era una mentira. Jazmín no era como pensaba. Era mucho más. Su voz rasposa era mucho más penetrante en vivo que por teléfono. Su perfume dulce no lo había sentido jamás en nadie. Su roce en su mano le producía un escalofrío que nadie jamás le había provocado.

Con su tono más dulce le respondió "¿Y por qué te vas?"

Ahora sí la miraba a los ojos. Con reproche y con temor de hablar de más "Dos meses pasaron Jazmín. Dos meses te esperé, te busqué. Te llamé. ¿Sabías que te llamé? Yo cumplí, no me olvidé de vos."

"Yo también Flor. Yo también lo hice. Y no te das una idea cuánto. Dejame explicarte."

Flor miró su reloj en vano. No tenía apuros ni compromisos. No le importaba siquiera la lluvia "Tenés dos minutos."

Jazmín miró el cielo que estaba cada vez más negro "¿Acá?"

"Sí. Acá."

Jazmín suspiró y empezó a recordar "Al otro día de nuestro último llamado me echaron. Sí, me echaron. Sin causa. Sentí que se me vino el mundo abajo. Odiaba ese trabajo, pero había una sola cosa que me importaba y no quería perder." Tomo de nuevo su mano que había soltado, paralizando a ambas. "Vos."

A Flor, esas palabras y ese contacto la hicieron temblar.

Jazmín lo supo pero igual no la soltó y siguió explicando "Volví a la semana. No me iba a resignar. Volví con mi mejor amiga que es abogada. Le buscamos la vuelta, el error. Pero no para que me devolvieran el trabajo ni me pagaran más. Volví a buscarte. Pero no resultó. No pude encontrar ningún dato. Solo supe que llamaste y que habías comprado un producto y eso fue mi salvación."

Flor suspiró e intentó soltar su mano, pero Jazmín la aferró con más fuerza.

"Llamé a todos los hoteles de Buenos Aires preguntando por una Florencia. No estabas en ninguno."

"No ibas a encontrarme. Dejé el hotel. Dejé todo."

Jazmín la miró fijo. Entendió pero igual preguntó "¿Todo?"

"Sí. Todo. Todo lo que no me hacía feliz. Todo lo monótono. Todo lo que no elegía."

Jazmín sonrió y acarició su mano, erizando su piel a su paso "Veo que te hizo bien el aire del mar."

"Vos me hiciste bien."

Flor sostuvo su mirada. No era un halago. Era una realidad. Jazmín había dado vuelta su vida. Y era recíproco.

"Yo también dejé todo. Dejé ese trabajo. Ahora hago lo que me gusta, lo que me hace feliz. Pero hace dos meses me falta algo. Algo que no tenía y ahora no pienso en otra cosa."

Ahora Flor también tomaba su mano.

Con los ojos vidriosos Jazmín le confesó "Recién hoy me acordé de este lugar. Perdón."

"Vine todos los días. Como siempre."

"Perdón" le repitió.

"No pasa nada."

Y ahí se volvieron a mirar. Como si ya lo hubiesen hecho cientos de veces. Jazmín no estaba segura si a Flor le estaba pasando lo mismo que a ella. Y en un inocente arrebato, se sacó las dudas. Tiró de su mano y la acercó más a ella. Ambas tragaron saliva dificultosamente. Apenas unos centímetros las separaban y estudiaban el rostro de la otra. Jazmín miraba los labios de Flor y solo pensaba en si le eran correspondidos. Pensaba en qué pasaría si avanzara. Pensaba tanto que Flor tuvo que sacarla de sus pensamientos.

"Jazmín, si no me das un beso ahora te juro que...

Y Jazmín no dejó que terminara la frase. Estuvo esperando meses este momento como para desperdiciar tiempo. Acortó el poco espacio entre las dos y atacó su boca con un beso suave en principio pero permanente. Luego la besó sin delicadezas, levantándola del suelo y haciendo que Flor perdiera la vergüenza y rodeara con sus piernas su cintura. Sus bocas se reconocieron enseguida y sus cuerpos estaban en sintonía. Solo eran testigos de eso las gotas de lluvia que caían más fuerte. Pero ya no importa. Porque al fin se encontraron y no existía más gente en el mundo.

Inercia - Flozmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora