10 - Punto final

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Flor abrió poco a poco los ojos.
No sabe el momento exacto en que se quedó entredormida pero estaba segura que sólo habían pasado pocos minutos.
Extendió sus brazos en busca de la dueña de esa cama pero no la encontró.
Entonces recordó lo que estaba haciendo momentos antes de cerrar los ojos.
Luego de sentir ese bombardeo de placer en todo su cuerpo, fue cayendo en un abismo y todo su ser fue liberando la tensión del momento.
Jazmín se acostó a su lado y la acariciaba mientras sonreía. Le producía una mezcla de lujuria y ternura a la vez verla así. Besó su frente y le susurró al oído "tranquila hermosa. Está todo bien. Relajate ahora y descansá."
Las palabras fueron mágicas porque Flor no volvió a abrir los ojos hasta ese momento.
Miró por la ventana donde aún se veía caer la lluvia. Entonces decidió que ya no quería estar sola. Se envolvió con la sábana y comenzó a buscar a Jazmín por todo el departamento.
Entonces escuchó el ruido que en un principio confundió con el de la lluvia y se dio cuenta que la ducha estaba funcionando.
La puerta del baño estaba apenas apoyada y salían unas líneas de vapor. La abrió poco a poco y se quedó petrificada al ver esa imagen. A través de una mampara opaca se veía la silueta de Jazmín bajo el agua. Y no solo pudo verla, sino que también la escuchó. Estaba entonando una canción que a Flor le convulsionó el cuerpo y la emocionó. Su voz era angelical, afinada, perfecta.
Jazmín era perfecta. En todos los sentidos. Flor estaba segura de eso, pero aún seguía sorprendiéndose de descubrir nuevas facetas de ella. Y era lógico porque apenas se conocían. Pero Flor también estaba segura que descubriría muchas otras cosas nuevas.
Dudó por un momento en qué hacer, y otra vez volvió a dejar actuar a sus impulsos, dando un paso adelante. Miró a un costado y volvió a encontrarse con el espejo. A través de esa imagen borrosa por el vapor volvió a verse y estaba segura que, a pesar de no distinguir bien, el brillo que vio en sus ojos la primera vez, seguía estando. Se sonrió a sí misma y asintió, aprobándose.
Dio dos pasos más y llegó a donde comenzaba la bañera. Jazmín seguía cantando por lo que Flor dedujo que no notó su presencia.
Entonces dio el último paso. Asomó su cuerpo a través del vidrio y la vio.
Su corazón saltaba en su pecho al verla completamente desnuda. Si bien la había visto en ropa interior, el espasmo que le generó verla así fue como si recién la descubriera.

"... si ya anduve sola demasiado, quiero vivir a tu lado lo que quede por vivir..." entonaba Jazmín, con los ojos cerrados.

"Me encanta esa canción"

Y Jazmín casi se ahoga con el agua que caía sobre ella.

"Perdón, no te quise asustar" dijo Flor retrocediendo.

Dos segundos después, Jazmín se recuperaba y le respondía a través de la mampara. "Perdón. No te escuché. Pensé que dormías y aproveché para bañarme. ¿Estás bien?"

Flor calculó que era la vez número cien que Jazmín se lo preguntaba desde que entró a su casa "estoy muy bien."

"Entonces me alegra mucho."

Flor se acercó despacio a la mampara y apoyó su mano. Del otro lado, Jazmín hizo lo mismo. Y aunque físicamente era imposible, sintieron una energía traspasar el vidrio.

"Flor. Si querés esperame en el cuarto y te preparo algo rico de comer cuando salga."

Flor no estaba segura si era lo que quería. Antes de responder, Jazmín titubeó aún con su mano sobre el vidrio. "O sino..."

La ansiedad la apuró a preguntar "¿o sino qué?"

Entonces Jazmín asomó su rostro enmarcado por su cabellera roja mojada para mirarla a los ojos "O sino... ¿Querés ayudarme... acá?"

Flor pestañeó varias veces y emitió algunos ruiditos. Jazmín no quería ponerla nerviosa, pero antes de arrepentirse y de reformular su pregunta, Flor clavó sus ojos castaños en los suyos y dejó caer la sábana que la envolvía.
Jazmín la recorrió con su mirada como si también fuese la primera vez que la veía.
Dio un paso atrás y la dejó pasar.
Seguían mirándose. No había más palabras que pronunciar por lo que usaron sus bocas para hacer lo que tan bien sabían.
Se besaron como si no lo hubiesen hecho por mucho tiempo y se extrañaran. El agua tibia estaba en la temperatura justa.
Las manos de ambas recorrían el cabello de la otra.
Flor ahora quería cumplir con lo que le pidió Jazmín. Se separó de su boca y tomó una esponja que había allí. Ante la atenta mirada de Jazmín la lleno de jabón y empezó a pasarla primero por su cuello, sus hombros y el comienzo de su pecho.

Inercia - Flozmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora