Es como si mi alma tuviera un ansia incontrolable de soledad, pero no lo quiero así. Vivo en una maldita ironía de tratar de camuflar un sentimiento de aprecio hacía las personas que me rodean, por tratar de parecer una persona que no le importa perderlas, pero no es así.
Esta hipocresía me va matando poco a poco, es una lucha interna por querer desatar lo que he tratado de ocultar durante varios años, pero mi inseguridad no me lo permite, ¡claro que no! No me lo iría a permitir cuando pareciera que estuviera poseído por un maldito egocentrismo sin sentido que en vez de hacerme sentir mejor, hace todo lo contrario haciendo me creer que mi vida no ha sido como el de cualquier otro, que he vivido la mayoría tiempo caminando al borde de un risco siendo precavido por la única razón de agravar más ese dolor incesante que no calma, no apacigua, no cura, solamente amena cuando logro distraerme por poco tiempo con cosas que son tan insignificantes pero que aquel sentimiento de aprecio por lo insignificante le da un valor tan grande. Risco al cual he estado a punto de caer varias veces, pero tengo miedo, quiero que saturé la herida de una vez por todas. Pero a veces me doy por vencido, sintiéndome tentado a no luchar más, a dejar de ser precavido en mi risco de demonios y solamente dejarme llevar... dejarme caer.
