Insistir

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Tracé rectas hacia lo desconocido mientras afrontaba el papel en vorágines que sacudían escrúpulos. Llevo una lógica insana que apacigua la verdades que no quiero cruzar y me hundo en vasos sin agua, porque no necesito que me expliquen mis defectos, yo creé mis propios demonios y con ellos hice un pacto de silencio a cambio de arrancarme las palabras de la piel. Cruzo tormentas de arenas con una sonrisa, esperando el oasis para limpiar la mente. Cierro los ojos y allí te encuentro, tu eres mi tormenta de arena, tu eres mi oasis.

Aprendí a no insistir, a no expresar la virtud del sentimiento a cambio de respuestas que nunca consiguieron sus preguntas adecuadas. Salen frases expulsadas a la velocidad de la luz como una bala rozando el infinito, atravesando el lienzo, impactando en la tinta, haciendo llorar al corazón. No veré el tiempo pasar si camino junto con el, aprieto las manos si te miro, miento si te escucho y no sonrío, no será amor aunque roza una alegría maniática, apuntando con el dedo hacia el miedo, haciendo sonar el piano sin teclas.

Intento vivir con calma, abrazando una soledad que yo mismo le di vida y murió el día que tu ojos miraron el centro de mis pupilas, el día que vi tu sonrisa junto con tu lunar, tus mejillas, tus locuras y cicatrices en el alma. Puedo verlas, porque tengo las mismas pero con otros colores, con otros olores, con otras caras, con otros amores. Jamás aprendí de la paciencia, si lo siento lo digo, si lo digo ya es tarde, las palabras caen y echan raíces, son las únicas que pueden recorrer una distancia más larga que el universo, que es llegar al corazón de una persona y hacer metástasis de felicidad, o tristeza.

Escribo como si fuese mi diario íntimo abierto al público, soy transparente, así soy. Si escribir en tu nombre fuese delito, sería un acosador, una victima y victimario de fantasías apresuradas que pudieron tener su cuarto de hora en el momento justo, pero las saqué antes y así me llaman loco, persona sin cordura, y es que la verdad tienen razón.

Cuantas mentiras le habré dicho al papel, cuantas mentiras te habré dicho para que te rías, cuantas mentiras me habré dicho para no mirarte, para no pensarte. Juego a ser escritor, a que soy un tipo intelectual, a que soy una persona interesante, y en realidad es todo lo contrario, la única verdad en todo esto es que este escritor no escribe, dibuja su idea perfecta de vida e intenta poder llegar al corazón, al mío quizás, o al tuyo que estás aquí leyendo.

Moriré sin apenas haber escrito la mitad de lo que me hubiese gustado, tengo una lluvia en la nuca que me gustaría sacar algún día, se le llama el miedo a crecer, el miedo a lo que otros digan de mi. No soy el mejor, no soy alguien a quien admirar, solo intento tocarte sin estar ahí y a veces lo logro, y a veces te aburres a mitad de camino, y es porque así soy, porque me repito, porque mis temas son casi iguales, porque la gente cambia, madura y yo sigo siendo un niño, un niño que cree que algún día te fijaras en el.

Aprendí a no insistir más, si pasa bienvenido sea, y si no, me quedaré en este anden, mirando el horizonte, esperando mi tren.

Blog de alguien idiota Donde viven las historias. Descúbrelo ahora