Visitas - Sorpresas - El otro lado de la moneda.

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-¡Hady! – sus pequeñas piernas tropezaban con algunos lugares en donde el asfalto estaba disparejo, corrió con todas sus fuerzas hasta llegar a su objetivo lanzándose a sus brazos y siendo recibido con ternura.

-me extrañaste ¿verdad Teddy? –

-¡Si panino! – harry abrazo una vez más al pequeño mientras se dirigía al lugar donde Andrómeda se encontraba.

-Harry – saludo la mujer con una leve inclinación de su cabeza – espero que estés preparado, porque este pequeño monstro se quedara contigo todo el día –

-No te preocupes, creo que puedo arreglármelas – la mujer le extendió un pequeño bolso que contenía todo lo que pudiese necesitar el pequeño para un día.

-¡mira la hora!- dijo exaltada la mujer dándole un fugaz beso al más pequeño y saliendo a toda prisa - ¡si pasa algo me mandas un patronus! ¡Nos vemos a las 6! – y como si nada desapareció a mitad del camino, dejando a los dos chicos solos, preparados para un gran día.

El resto del día fue muy divertido para Harry, se la paso tratando de enseñar a Teddy a andar en escoba, Ron sobre su escoba seguía a Teddy para atraparlo si caía, y Hermione se dedicaba a enumerar los peligros de enseñar a montar escoba a un bebe que aun trataba de mantener el equilibrio al correr. Comieron en las tres escobas y llenaron al pequeño de caricias y dulces. Si definitivamente había sido un buen día para Harry.

Ya cuando estaba oscureciendo Hermione y Ron se despidieron del pequeño y se encaminaron al castillo a cumplir sus deberes de perfectos, Harry y Teddy decidieron permanecer un tiempo más en las tres escobas ya que afuera pronto se pondría a nevar otra vez.

Teddy se mostraba inquieto sobre la silla en la que se encontraba, lanzando cada tantas pequeñas miradas a Harry.

-¿Panino estás tiste?- la pregunta le llego de sopetón a Harry ya que no sabía a qué se refería el pequeño.

-¿Por qué lo dices cariño?-

-los ojitos de Hady están tistes siempe- el pequeño Teddy tomo entre sus manos el rostro de Harry mostrándole preocupación- tu dijiste que siempe podía contate lo que me pasada, tu cuéntame ahoda, ¿po que esta tiste?-

Harry se enterneció ante lo dicho por su ahijado, pensaba que su máscara frente a todos era infalible, pero ahí estaba un pequeño que aun no alcanzaba el metro de estatura y que lo había descifrado como un libro abierto ante él.

Sabía a lo que se refería Teddy, pero no podía descargar su angustia sobre él, lo miro un momento y le dedico la primera sonrisa verdadera en mucho tiempo y Teddy se relajo sobre su silla.

Andrómeda llego a las 6 de la tarde a buscar al pequeño, Teddy se despidió de Harry llorando por tener que separarse de su padrino después de tanto tiempo sin verse. Luego de prometer unas 300 veces que lo vería de nuevo en la próxima salida, Teddy acepto volver a casa y Harry volvió al castillo.

Al llegar se encontró con Ron y Hermione que hablaban animadamente mientras se dirigían a la sala común, pero él se excluyo de la conversación sumiéndose en sus pensamientos, esa mañana el profesor Snape le había comunicado que debía ir a una pequeña "charla" como le había denominado Dumbledore, así que dejo sus cosas en la habitación y despidiéndose de sus amigos se encamino al despacho de la directora.

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-Calma Severus- dijo el anciano del retrato mientras veía al impaciente al hombre caminar por la habitación.

Noches OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora