Cap. 12

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Una burbuja de flores y carcajadas se formó dentro de aquel lugar exclusivamente para ellos dos. Lo que no sabían es que se encontraba una tercera persona al cual, visualizaba los sentimientos de cada uno de ellos. Suerte la suya al ser el joven príncipe el que observaba con suma tranquilidad la situación actual de los amantes y no la reina, esa mujer desesperada que hubiera realizado lo más horrendo al saber que ellos dos estaban en plena relación.

Cabe nombrar que Viktor desde hace ya años que sabe el amor de su sirviente y Yurio, el podía llegar a ser distraído, pero no tanto.

Al inicio dudaba de si fuera real sus supuestas supersticiones, pero cuando unió todos los hilos supo la verdad, ellos tenían un vínculo más allá de lo que se sabía. Sus reacciones cambiantes al estar de lado, las débiles risas y sonrisas que se entregaban y en ocasiones especiales, besos de añoranza, abrazos rogando no ser separados y sonrojos mostrando que las acciones o palabras llegaban hasta el corazón.

El albino al inicio se impactó al notar las peculiares reacciones de los dos, no conocía esas facetas y le agradaba la relación que mantenían los dos enamorados. El fue un claro soporte, un protector. Siempre vigilado que esos actos sean secretos, manteniendo a través de su propia Red de juego las personas a la lejanía, no deseaba volver a ver a su amigo dolido porque su acompañante se fuera con otro por órdenes superiores. Otra de las cosas que tenía a cargo, era conseguir que Otabek, subiera de escaño.

Sitio unos inaudibles pasos al final del largo pasillo, allí se encontraba el impotente rey acercándose hacia donde estaban ellos, tenía que mantenerlo lejos, por suerte la suya, necesitaba hablar con el.

—Padre, tenemos que hablar sobre lo de mi pareja y si puede ser sobre el futuro del reino— anunció aproximándose a su progenitor arrastrándolo a una de las diversas salas de actos. En su camino se encontró a la asistente personal de Yurio — Ve a la zona del jardín interior, que nadie se acerque allí, cuando salgan Yurio y Otabek da el recado que necesito reunirme con ellos y recuerda, es una orden — susurro asustando a la muchacha.

Ya en la sala los dos presentes se sentaron en sus asientos personales, allí nuevamente salieron los diversos asuntos que ya empezaban a ser repetitivas para muchos, pero poco para su padre. Tras una hora llena de risas y planes de futuro, el príncipe ya sentía que había conseguido con éxito ganar su “juego de protección”.

—Hijo, mañana o el pasado estos temas serán solucionados, ya enviamos un mensaje a las tierras del sol naciente, solo faltan respuestas— comento acercándose a la puerta —por cierto, espero conocerle pronto, debe de ser alguien muy especial para que estés así —

Las puertas se abrieron nuevamente, Otabek y Yurio eran. Dejaron paso para salir al rey, haciendo una reverencia para mostrar respeto, tras su partida cerraron las puertas para conversar de sus asuntos personales.

—¿Qué es lo que deseas viejo? — preguntó de mala manera el rubio.

—Una, no soy viejo, dos suerte que estaba yo o mi padre se hubiera enterado de lo vuestro y la última es que me gustaría presentarles a Yuuri, así se puede formar un lazo familiar —

El rebelde iba a hablar pero fue callado por la rapidez del moreno.

—Gracias joven amo por ayudarnos, yo ya sospechaba que fueras tú el que consiguieras tener nuestros momentos íntimos alejando a la gente y sobre lo de Yuuri, estaría interesante poder conocerle ya que será uno de mis superiores y tu futuro esposo. Yura tenemos que conocerlo, se ve buena persona. — habló con su típico tono neutro dejando sin comentarios al menor, su única respuesta que dio fue leves movimientos de cabeza aceptando la propuesta.

—¡Genial, hoy por la noche iremos todos y Makkachin! Luego depende de la situación en el Reino iremos turnando, claramente yo seré el que estará más tiempo con él pero habrá días que no podré y confío en vosotros para acompañar a mi cisne los días en que esté ausente— exclamó inicialmente alegre y terminó su frase con tristeza sabiendo que días no podría ver a su ángel.

—De acuerdo, tendremos todo listo para esta noche, a las nueve nos encontraremos en el pasillo que da a tu habitación Viktor, si nos permites, Ota y yo tenemos mucho de qué hablar, cubrenos las espaldas nuevamente — susurró agarrando con suavidad la mano del mayor arrastrándolo hacia algún lugar más íntimo.

El ojiazul sólo se despidió con la mano y en el momento que ya no pudo divisar sus siluetas se encaminó a su alcoba para estar perfecto para el fabuloso encuentro que deseaba con tanto nerviosismo.

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Siento el retraso de mis historias, no pude estar muy pendientes de ellas, pero por suerte mis vacaciones se acercan y por fin seré libre. ~

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Alguna duda?

Hasta la próxima!

NN95

El lago de los cisnes [AU Yuri!!on ice] (viktuuri) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora