DIA 2

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Edward miraba a Emily con la mente perdida en sus pensamientos.

Sus pensamientos sobre ella...

Había pasado poco más de un día desde que la chica había llegado ahí, presentando ante él diversos planes e ideas para darle fin al enmascarado hombre murciélago. Sin embargo, la mente de Edward no dejaba de pasear sin prestar mayor atención.

Y es que su mente estaba enfocada en otra cosa...

Emily le había contado toda su historia, desde el asesinato de su padre hasta como pasó noches bajo la luz de la luna ideando un acertijo para lograr hablar con él, todo esto relatándolo con sumo detalle, asegurándose de no dejar ni un segundo sin explicar.

Y Edward la había escuchado con total atención, sintiendo, por alguna extraña razón, que se entendían entre sí a la perfección.

Emily era paciente, probablemente más de lo que él era, y eso le había traído a su vida tanto fortunas como desgracias.

Ambos eran distintas caras de la misma moneda.

Emily consideraba que había tenido una infancia feliz, a diferencia de Edward, cuya infancia la catalogaba de todo menos feliz. Ambos habían dado todo de sí mismos por cambiar el mundo, ambos eran apasionados en las ciencias, ambos habían tenido que trabajar desde temprana edad para poder conseguir un puesto en la sociedad.

La diferencia era que Edward había decidido ser alguien en la vida, mientras Emily había preferido conservar su cordura.

Eran tan iguales y a la vez tan distintos...

—¿Señor Nygma?

La suave voz de Emily lo alejó de sus pensamientos llevándolo una vez más a la perdición que era la realidad.

—Dígame, señorita Mercury.

—Si dice mi nombre desaparezco. ¿Que soy?

—El silencio —respondió Edward con rapidez.

—Es más silencioso de lo que aparenta —comentó Emily acomodándose los lentes.

—Lo soy cuando estoy pensando.

—¿En qué piensa?

Edward dudó antes de hablar. La verdad ni él mismo sabía en qué pensaba, simplemente había dejado a su mente divagar libremente sin objetivo alguno.

Si tan solo se hubiese dado cuenta que inconscientemente pensaba en Emily...

—Deberías de cambiarte esa ropa, ni siquiera es de tu tamaño —señaló causando un leve sonrojo en el rostro de Emily al recordar el lamentable estado de su ropa.

—Disculpe, pero no tengo...

—Vamos, te conseguiremos ropa limpia —Nygma se levantó de su asiento dirigiéndose a la salida de la habitación con Emily siguiéndolo avergonzada—. No es que pueda conseguirte algo de tu tamaño, pero por lo menos...

—Gracias, Edward.

Edward se detuvo abruptamente al escuchar esas palabras que parecían resonar en su cabeza, perforándole el cerebro y recorriéndole las venas.

Estaba acostumbrado a escucharla a modo de burla, o de una manera completamente falsa. Sus antiguos compañeros siempre conseguían la manera de molestarlo y al final le dirían algo como "Gracias, enigma" solo para irritarle más.

Pero la suave voz de Emily no era nada parecido a una burla, al contrario, sintió que lo decía del corazón.

—Disculpe, no quería tutearle...

Zero Year •|Edward Nygma|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora