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Narra Taehyung

Las clases habían terminado finalmente, eran alrededor de las 9:30 p.m., así que, las calles estaban casi vacías, a excepción de nosotros, pues, Jimin me acompañaba a tomar el autobús.

—Por favor, Jimin, te pagaré si me llevas a casa — supliqué — no quiero pasar de nuevo por ahí.

Jimin se encogió de hombros, negando — Hermano, realmente lo haría, pero, vamos, que ese tipo de personas que me dices que viven por ahí, sabrán que es un auto del gobierno, y no... — sabía la razón de por qué él no podía ayudarme con mi problema.

Era el hijo de un político.

Y no quería poner en riesgo el bienestar de mi mejor amigo, por no tener el suficiente valor de cruzar esas calles, pero, que me sentía mucho más incómodo desde que hace unas noches alguien estuviera acechando por donde vivía.

No había visto a nadie, pero, podía sentirlo y me hacia sentir tan impotente y asustado de no poder hacer nada, pues, llamar a la policía no era una opción, sabía que ellos estaban relacionados con ellos, que hacerlo era una total perdida de tiempo.

—Lo sé, perdón, pero... — respondí temeroso — me siento asustado.

—¿Alguien intentó hacerte algo? — cuestionó con preocupación.

Yo negué — Sólo no me gusta.

—Simplemente has lo que siempre has hecho. — dijo con una sonrisa — ignorarlos a todos, y si te ofrecen algo en una bolsita, sólo corre como si tu vida dependiera de hacer eso.

—Pero mi vida si dependería de ello — contesté con confusión.

—¡Entonces tendrás una mayor razón para hacerlo! — carcajeó, haciendo que las pocas personas que también esperaban con nosotros el autobús lo voltearan a ver por la forma tan exagerada que reía.

—Debería tener un mejor trabajo... tal vez pueda ahorrar para comprar un coche, no sé.

Unos minutos después, en autobús llegó. Jimin se despidió, pues, igualmente lo esperaban para que pudiera ir a casa como yo, la diferencia es que él vivía en el mejor barrio de la ciudad, era privado y con seguridad en cada esquina del lugar.

Subí al autobús, pagué mi boleto y me senté junto a la ventana, mirando a las casas, aunque fueran las mismas todos los días, pensando en alguna solución. Si hubiese sabido que tenía que caminar en un barrio como ese todos los días, en definitiva, no hubiera aceptado vivir allí.

Pero, no había nada que pudiera hacer ahora, ya que, lo poco que ganaba en mi trabajo de los fines de semana, no me permitían el lujo de cambiar de casa cada que yo quería, era estúpido, tal vez, debía dejar de ser tan cobarde y enfrentar mi miedo, pero, nada de esto sucedía en Daegu, así que, no sabía cómo actuar.

Al ver que estaba por llegar, me levanté de mi asiento. Unos segundos después ya estaba observando el pequeño infierno que tenía que cruzar para llegar a casa.

—Vamos, Taehyung — traté de darme ánimos a mi mismo, pero, no era muy bueno — si pudiste quitarle tu pelota a ese niño pequeño la otra semana, podrás con estos matones.

Suspiré y tomé con fuerza el aza de mi mochila, guardé mi celular en ésta, para evitar llamar mucho la atención.

Comencé a caminar con cuidado, mirando fijamente hacía adelante, ignorando los ruidos, y groserías que provenían de alguna casa que se encontraba por ahí. Oía a tipos reclamarse cosas, entre alguna otra mala palabra.

—Mierda, hoy están peor — me dije a mi mismo, apresurando un poco más mi pasó.

¿Cómo había hecho esto los últimos dos meses y ahora simplemente el miedo estaba por todo mi ser? Supongo que todo comenzó cuando comencé a sentirme observado, pero, en estos momentos esa sensación no estaba, y eso me relajaba un poco, pero, no podía permitirme estar tan tranquilo en un lugar como éste.

—Vamos, Taehyung, sólo un poco más y podrás ver ese programa que tanto odias, pero por alguna razón continúas viéndolo todas las noches, además, de que una sopa instantánea espera por ti.

Cuando me di cuenta, sólo faltaba caminar una calle más. Suspiré feliz, sin detenerme en ningún momento, pues, estaba a tan poco camino de llegar a casa, además de que era fin de semana, no cruzaría esas horribles calles por dos días, y la felicidad era inmensa.

Dejé de oír peleas y gritos en una parte del camino, pero, no presté atención, ya que, no me apetecía saber las razones, pero, el ambiente aún se sentía pesado.

—Vamos — hablé.

Doblé en una de las esquinas de siempre, pero, en algún momento del camino, la sensación de sentirme observado regresó. No quise voltear hacia atrás, pues, podía ser peor, pero, el miedo no me lo permitía.

Iba a doblar una ultima esquina, hasta que, sentí como alguien me tomaba por la espalda, doblando mis brazos hacía atrás. Una mano me cubría la boca para no poder gritar, mi mochila fue arrancada de mis hombros y arrojada a quien sabe dónde. Intentaba zafarme de aquel agarre, lanzando patadas en el aire, pero, nadie podía ayudarme, pues... no había ninguna persona.

Comencé a sentirme soñoliento, y fue que me di cuenta de que estaba siendo adormecido.

Y después todo se volvió negro y confuso para mí.

....

Desperté al sentir como me arrojaban agua en la cara. Tosí, y miré a mi alrededor, pero, no podía ver demasiado, ya que, el lugar donde me encontraba estaba completamente oscuro.

Intenté levantarme de la silla donde me habían sentado, dándome cuenta en ese momento de que estaba firmemente atado a ella. Me removí con miedo tratando de huir.

No quería morir.

—Por favor, espero no llores, sería tan patético — dijo alguien escondido — creí que los suyos eran un poco más fuertes, emocionalmente — se burló.

—¿Los suyos? — pregunté — no sé de qué habla... por favor déjeme ir, no he hecho nada malo — pedí nervioso.

—No nos intentes engañar con tu fachada de niño bonito e inocente — ¿Es que entonces había más personas a parte de él? Pues, cuando habló, la voz de un hombre fue lo que reconocí.

—No lo molestes — habló una segunda voz — tenemos que esperar a que él este aquí, para poder hacer algo.

Un bufido se dejó oír por todo el lugar — Pero... yo quería jugar con él.

—Aún no — respondió la primera voz — sabes que no le gusta que desobedezcamos sus órdenes.

Unos pasos me hicieron ponerme alerta, asustado, miré por todos lados, aunque fuera inútil— Me gustaba saber que los dos, uno piense y razone.

Una tercera voz habló. Comencé a temblar pues aquella persona había posado su mano sobre mi hombro.

Y no quería saber qué pasaría en ese momento.

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Doble capitulo, por estreno (?)

Nos vemos la próxima semana ~

HANGSANG; v-hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora