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Narra Taehyung

Mordía la punta de mi pulgar, mirando mi tarea desde hacía casi diez minutos. Levanté la vista, mirando a mis compañeros concentrados en los ejercicios que el profesor dejó en la pizarra, aunque algunos parecían perdidos sobre el tema, trataban de resolverlo, mientras que, otros se habían dado por vencido desde el comienzo.

Pss... — oí, pero, preferí no prestar atención y continuar con mi tarea. De los catorce ejercicios, solamente me faltaban tres para poder irme a casa — Hey, idiota.

Bufé con fastidio y giré hacía la persona que no paraba de molestarme — ¿Qué quieres, Jimin?

Él sonrió triunfante cuando finalmente tuvo mi atención. Bueno, en realidad, ambos estábamos sentados juntos, así que, aunque no quisiera, no podía evadirlo. Era el tipo de persona que no les gustaba ser ignoradas.

— Las respuestas — susurró — vamos, no entendí una mierda.

— No lo sé ¿será que no entendiste por estar jugando tu celular a escondidas durante la explicación? — Jimin infló sus mejillas — oh no, eso no va a funcionar conmigo.

— Vamos... — continuó — ¿qué quieres? ¿Dinero?

Le miré ofendido — ¿Disculpa? ¿Acaso quieres comprarme?

— No quiero comprarte a ti, si no a tus respuestas — el maestro alzó la vista de su laptop. Me acomodé en mi asiento, fingiendo que continuaba respondiendo los ejercicios, hasta que, nuevamente regresó toda su atención hacia quien sabe qué cosa que miraba en la pantalla.

— Jimin, tú puedes hacerlo — respondí con cansancio — tienes mis apuntes ¿por qué no lo intentas?

Jimin no dijo nada.

— ¿Estás bien?

— Una dotación de gomitas, diez paquetes de chocolate y una maquina de helados de galleta — dijo después de un rato de silencio.

— Hecho.

Él sonrió triunfante al ver como comenzaba a escribir los procedimientos y respuestas en una hoja para después dársela sin que nuestro profesor nos viera, o estaríamos en serios problemas.

Aunque, si soy sincero, la maquina de helados, lo valía.

....

— ¿Te divertiste el fin de semana? — preguntó Jimin mientras comía un churro bañado en chocolate, que había comprado frente a nuestra universidad — digo ¿hiciste algo después de estar conmigo?

— Bueno, no — respondí con sinceridad — sólo regresé a casa y terminé los deberes que tenía, llené la despensa, arreglé un poco, ya que todo el lugar estaba sucio y apestaba a sopa instantánea.

— Deberías comer más saludable, Taehyung — el tono de preocupación de Jimin me hizo entender que realmente se preocupaba por mi salud, lo sabía, estaba consciente que no me alimentaba de la mejor forma, pero, no tenia tanto tiempo como prepararme una comida casera o el suficiente dinero para comprar comida hecha.

— Lo haré, lo prometo — él sonrió — bueno, aquí nos separamos.

— Cuídate, Taehyung.

Abracé a Jimin, quien dejó un beso en mi mejilla — Eww, te he dicho que no hagas eso.

— Y yo, que no me importa.

Me despedí nuevamente antes de comenzar a caminar hasta la parada de autobús y poder llegar a casa, no sin antes, ir con aquellos tres idiotas de siempre.

HANGSANG; v-hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora