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Narra Taehyung

Debía ser una mala broma de mal gusto, y no estaría sorprendido si resultara cierto. Miré una y otra vez la dirección que Hoseok me había dado ayer, pero, simplemente no sé qué debía esperar.

— ¿Un supermercado? — me cuestioné a mí mismo.

Pensé al principio que estaba confundido, pero, no, realmente él me había dado la dirección de aquel lugar, y estaba confundido y molesto. Si creía que era gracioso hacerme levantarme tan temprano un sábado, estaba equivocado.

— Si crees que asaltaré un supermercado contigo, a plena luz del día, estas loco, Jung — dije.

Eran casi medio día, Hoseok escribió que le viera en este lugar a las 12:30 P.M. Desperté a las ocho de la mañana, para poder llegar hasta este punto de la ciudad, pues, el lugar donde vivía quedaba del otro lado de ésta.

— Él realmente me odia.

Caminé hasta la entrada del supermercado, mirando por todos lados en busca de Hoseok, pero, no le veía por ninguna parte. No me resultaba divertido nada de esta situación.

Me quedé esperando por un par de minutos cerca de los carritos de compra, la gente me miraba extraño, pero, bueno, lo entendía, lucía como un idiota perdido en esos momentos. Limpié el sudor que comenzaba a caer de mi frente, el día sin duda era caluroso y yo comenzaba a desesperarme de que Hoseok no apareciera por ningún lado.

— Bueno, supongo que no notará que fui por un poco de agua — entré al supermercado, para matar algo de tiempo hasta que a él se decidiera a aparecer por el lugar.

No tardaría más de 10 minutos en tomar una botella con agua, para después pagar por ella.

— Bien, Kim. Tu misión es tomar una botella con agua sin que el jefe gruñón se entere de esto — me burlé al abrir el dispensador y tomar ésta.

El supermercado era enorme que tenía miedo de perderme y al final llegar tarde, pero, de una paliza por parte de Hoseok mi castigo no iba a rebasar, lo había aprendido este último mes.

Caminé hasta llegar a la fila donde varias pagaban, no eran más de cinco, y sus productos, no eran muchos. Saqué un billete de 1000 wons para poder pagar la botella, pero, mientras la fila avanzaba, entre los productos que otras personas habían dejado, estaba una barra de chocolate que tomé.

No me había dado cuenta que mis cosas ya habían pasado cuando la voz del cajero me hizo levantar la vista para poder pagar. Y en ese momento la respiración se me cortó.

— Son 320 wons — me quedé como un idiota mirándole. Estaba sorprendido y asustado.

No podía creerlo.

— Disculpe, son 320 wons — repitió.

Asentí dándole el billete que recibió con una gran sonrisa. Era la primera vez que le veía sonreír, siempre tenía una expresión seria o burlona cuando estaba con él.

— Su cambio, tenga buen día — sus palabras me sacaron de mi debate mental.

Tomé el cambio y el ticket, y ahí me di cuenta que en el papel, había escrito algo.

"Espérame junto a los casilleros"

Miré hacía donde él continuaba atendiendo a otras personas. Decidí obedecer a pesar de que estaba confundido, muy confundido. Saqué mi botella con agua cuando estuve donde me indicó.

Minutos después donde toda mi atención estaba en sorber poco a poco el agua de la botella, y que nuevamente la gente me mirara con extrañez, sentí un leve golpe en el hombro, obligándome a levantar la vista del suelo.

HANGSANG; v-hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora