A Liam le había llevado más de dos semanas convencerme para que regresara a su casa. Estaba a dos días de irme a la Universidad y había intentado posponer este momento el mayor tiempo posible por si, por alguna razón, todo llegaba a salir mal.
Estaba bastante aterrada con lo que me esperaba, sin embargo, sabía que debía hacerle frente. Había reflexionado tanto sobre lo que debía hacer y lo bien que me haría, aunque eso no impedía que estuviera nerviosa. Debía intentar hablar con Taylor para entenderla y esa no era una tarea fácil. Básicamente estaba intentando que ocurriera lo imposible, lo sabía, pero debía intentarlo.
Hablando con mamá, con papá, incluso recurriendo a Beth, que era la que oficiaba de mi psicóloga cuando necesitaba una opinión externa a la familia, había llegado a la conclusión de que tenía que descubrir de donde venía el odio que Taylor sentía por mí. En algún momento ella había decidido que seríamos enemigas y nunca se me había dado la oportunidad de hacer algo contra ello.
—Todo irá bien, Clare. —Liam tomó mi mano luego de estacionarse en la entrada de su casa.
Él más que nadie sabía lo que había venido a hacer. Me había acompañado durante las dos semanas mientras intentaba organizar lo que haríamos con Cole en nuestro viaje, me había llevado a la playa y al parque para que no lo pensara demasiado. Se había comportado como el mejor novio del mundo sin que se lo hubiese pedido, cuando yo sabía perfectamente que él estaba en la peor posición.
Si todo se iba a la mierda esta noche, Liam estaría entre tener que elegir a su novia o a su hermana, algo a lo que yo me negaba pero que no podía evitar. No tocar el tema o intentar esquivarlo, haciendo que no existía, se estaba convirtiendo en un tema muy grande para mí y eso afectaba a todos los que me rodeaban. Mamá había sido clara cuando me dijo que el tema con Taylor era una asignatura pendiente para mí y que debía solucionarlo antes de que fuera demasiado tarde.
—Lo sé —Sonreí para intentar tranquilizarlo, llevando su mano hacia mis labios para darle un beso—. Tú luces más nervioso que yo...
—Hace tiempo que no traigo a una chica a la casa —Sonrió de lado, haciéndome poner los ojos en blanco—. Lo digo en serio, eres la segunda que le presento a mi madre.
—Para que conste, tu madre se presentó conmigo antes de que siquiera pusieras tus ojos en mí. —Dije arqueando una ceja, haciendo que Liam sonriera ampliamente.
—Eres de lo que no hay, Clare.
Liam tomó mi rostro entre sus manos para darme un largo y dulce beso. Me hubiese quejado por el maquillaje si el inteligente de mi amigo no me hubiese abierto los ojos. Cuando me aparté, agradecí mentalmente haberlo escuchado y haber dejado de lado el labial oscuro por una noche.
—Me olvidé de tu maquillaje... —Murmuró Liam, al parecer, recordando la advertencia que Cole también le había dado sobre arruinar su obra de arte.
—Nada que no se pueda solucionar. —Le guiñé un ojo mientras sacaba el labial de mi bolso y el espejito que mi amigo me había obligado a llevar por las dudas.
Luego de asegurarme que el maquillaje estaba perfecto, tal y como Cole lo había previsto, guardé todo en su lugar y me bajé del auto para enfrentar la noche que me esperaba. Liam se apresuró para alcanzarme y abrir mi puerta, como todo el caballero que era. Esas pequeñas cosas hacían que cada día lo quisiera más, tanto que ese sentimiento se había apoderado de mi cuerpo.
Las luces del porche estaban encendidas y desde el lado del exterior de la ventana se veía movimiento, como si alguien hubiese intentado mirar por la ventana y otra persona lo hubiese impedido. Podía imaginar claramente a Carol intentando ver si éramos nosotros y a mi padre tomándola por la cintura para evitarlo.
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Conviviendo con el enemigo. [Conviviendo #1]
Teen FictionLo único que Samantha Clare, más conocida como Sam, quería antes de ir a la Universidad era disfrutar de su último verano con sus amigos. Pero nada más lejos de su realidad. Tras años de no querer saber nada con su padre, se ve obligada a mudarse pa...