17: Sobre gustos no hay nada escrito.

4.8K 251 24
                                    


—Ya deja de molestar, Paul, no cocinaré para ustedes ni aunque me rueguen. —Puse los ojos en blanco mientras caminaba hacia la cocina.

Aún tenía las palabras que Rossie me había dicho momentos atrás, por más que habían pasado varias horas y que ya habíamos regresado a la casa. Habíamos pasado la tarde hablando de todo un poco, lo que me permitió conocerlos un poco más y que ellos me conocieran, también. Les pregunté todo acerca de lo que era la vida universitaria, le consulté a Liam como demonios hacía para repartirse entre los entrenamientos y las clases; incluso Paul parecía divertido con las locuras que había tenido que hacer Liam para llegar a tiempo en ciertas ocasiones.

Me sentía completamente libre entre ellos, era como sacar un costado que la mayor parte del tiempo estaba oculta. Sólo Cole me conocía tan libre, bromeando con idioteces y mostrando mi costado sarcástico en su mayor expresión. Estaba siendo Samantha Clare en todo su esplendor sin detenerme a pensar en lo que pensarán los demás. La confianza que ambos me habían dado me dejó en claro que no era una chica más, que también sentían una conexión extraña entre nosotros. No me sentía una rata de laboratorio, era un par para ellos y estaba agradecida por ello.

Evitando el pedido de Paul, volteé para ver lo que estaba haciendo Liam y lo encontré observándome, fijamente, como si intentara retenerme en aquel lugar. Como si pudiera irme a algún lado. No estaba muy segura de que esperar sobre todo lo que había ocurrido o las especulaciones que Cole y Rossie tenían. Definitivamente no quería meditarlo demasiado o todo lo que había construido hasta ahora, la seguridad en terreno desconocido, se iría al tacho.

—Por favor, Sam... Por mí... —Paul sacó su labio inferior hacia afuera, haciendo un adorable puchero que no me haría perder mi seguridad.

— ¿Te ha funcionado con alguien hacerlo? —Tomé asiento a su lado.

—Algunas veces, puede resultar muy efectivo. —La seguridad ante su maniobra me hizo reír. Pobrecito, no tenía idea ni una chance de que surta efecto conmigo.

—Convivo demasiado tiempo con el manipulador experto por excelencia, tengo una madre inmune a sus manipulaciones... Ahora, dime —Paul ya no estaba tan seguro después de escucharme—, ¿Sigues creyendo que tienes chances?

—Te dije que juntarte con Taylor no te funcionaría, Paul —Liam se acercó para, al fin, unirse a la conversación—. Mi hermana solo sabe manipular a ciertas personas, no a todas.

—Debía intentarlo, Samantha cocina demasiado bien como para no insistir en que nos cocine. —Paul se encogió de hombros, resignado a no conseguir lo que quería.

—Pues, tal vez yo te ayude con eso —Michael entró en la habitación, con una sonrisa en los labios, y tomó asiendo con todos—. Resulta que hoy llevaré a cenar afuera a Carol, para que se relaje con el tema de las fiestas, y tendrán la casa para ustedes solos.

— ¿Qué sabes de Taylor? —El lado protector de Liam salió a la luz cuando se interesó por lo que haría su hermana.

—Ella se irá a una fiesta con su amiga, Amelia... Dijo que regresaría tarde y que no nos preocupemos —Michael puso los ojos en blanco—. Sé que pedírtelo es imposible, así que puedes desvelarte toda la noche esperándola si así lo quieres.

—Como siempre, yo estaré como apoyo. —Paul palmeó el hombro de su amigo, logrando que Liam le dirigiera una sonrisa.

—Dicho todo esto, me iré a vestir para salir con mi bella mujer —Michael salió de la habitación y, dos segundos después, volvió para decir algo más—. Y, por favor, Sam, alimenta bien a estos dos. Me encargué de comprar todo lo que utilizas para hacer esa lasaña que tan bien te sale.

Conviviendo con el enemigo. [Conviviendo #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora