Matthew tragó hondo mientras una corriente de extraña excitación anticipada lo atravesaba como un rayo; Cerniéndose sobre y dentro de él, junto al firme presentimiento de que algo o muy bueno o muy malo iba a pasar en los próximos minutos.
No estaba seguro de qué era, o por qué la mirada de ese hombre le atravesaba de esa manera. Víctor le miraba como si con un solo vistazo pudiera ver a través de Matthew y más.
Escudriñando su alma, desnudando sus verdades, descubriendo sus pecados.
No sabía exactamente lo que pasaba por la cabeza de ese hombre al cual le llevaba tal vez un par de años, pero de alguna manera sabía que tenía que ver con el hecho de que ese sentimiento de alerta se haya apoderado y echado raíces dentro de él.
Algo dentro de él le decía que con Víctor debía ser cuidadoso. Y eso lo desconcertó.
Víctor a primera vista no parecía alguien malvado o despiadado. Solo la forma en la que a veces le miraba, aunque no había pasado más de veinte minutos, era como si pudiera destriparlo sin siquiera mover un dedo.
El menor soltó un profundo suspiro satisfecho y se inclinó nuevamente hacia Matthew. Y aunque una mesita de metro por ochenta de ancho los separaba, el rubio no pudo evitar echarse para atrás instintivamente.
Víctor le sonrió aparentemente complacido con el reflejo sumiso que Matthew mostró sin siquiera darse cuenta y tomó la carpeta que Eli había previamente dejado sobre la mesita, al lado de la taza a medio terminar de té.
— Bien, Matthew... primero vamos a firmar algo muy importante. ¿Elijah te habló del acuerdo de confidencialidad? — preguntó sacando una hoja de entre un par de docenas y una pluma.
Matthew asintió.
— Perfecto — sonrió — Ten. Léelo, por favor, y luego firma debajo. No te preocupes por rellenar nada; De eso se encargará Nikolai en su momento.
El mayor en la sala miró el documento que parecía haber sido redactado e impreso por algún abogado altamente calificado para la tarea, un abogado que seguramente estaría al tanto de todo a lo que la persona que firmara se atendría si acaso se le ocurría romper el acuerdo y quien no dudaría en destruir a dicha persona. Todo bajo las específicas órdenes de Jung Víctor.
Era un documento breve, claro y conciso. Comenzaba con el típico "Yo ___________ ciudadano de _________ acepto y acuerdo mediante la presente que..." y así hasta la línea final donde su firma se esperaba por que sea plasmada.
Tragó hondo diciéndose a sí mismo que no estaba aún firmando ningún acuerdo sexualmente comprometedor directo con Víctor, ni con él ni con nadie. Solo estaba firmando un estúpido acuerdo de confidencialidad, porque éste imponente y poderoso hombre tenían mucho que perder si es que acaso algo de lo que Matthew escuchara o viera saliera de esas paredes. Pero dadas las circunstancias y la enorme diferencia de poder en el status social, a fin de cuentas: Era Matthew, en realidad, quien más tenía para perder.
Terminando por firmar y dejar el documento sobre la mesita, luego, muy lentamente mientras se enderezaba y tras tomar aire: Miró por fin a Víctor.
Éste estaba terminando su trago y hacía ademán de levantarse. Matthew le imitó.
— ¿Te apetece pasear y conocer un poco la mansión?
«Este hombre no es humilde cuando se trata de referirse a sus posesiones... me pregunto si será así con absolutamente todo...»— pensó Matthew simulando una sonrisa.
— Oh... claro... — respondió luego, sintiendo como su cuerpo vibraba de anticipación.
Víctor le sonrió una vez más y le instó porque saliera primero, todo esto mientras le sostenía caballerosamente la puerta con un ademán de la mano hacia afuera.
