Narra JungKook.
Podría sentir cómo me encontraba sobre un coche. El cuál no tardó en partir camino. Mientras se hacían presente voces en el ambientes, gritos de desesperación. Llantos, y pidiendo aquél 'Auxilio.' Abrí de repente mis ojos ante esa situación, la cuál deseaba qué fuese tan sólo una pesadilla. Pero, sólo se trataba de la realidad. Una realidad qué aún era difícil de entender.
— ¡JUNGKOOK! ¡DESPERTASTE! — Escuché aquélla voz la cuál se me hacía conocida.
— ¿T-Tae? ¿D-Donde estamos? — Agregué mientras sentía cómo mis manos comenzaron a sudar y a su vez a temblar.
Hasta qué recordé todo lo qué había sucedido anteriormente. Aquélla vez en la cuál casi había sido atropellado por un coche. Donde Tae me salvo... Luego donde, un muchacho pelinegro me había salvado. Ese muchacho aún permanecía en el coche también dedicándose a conducir. Me dispuse a observar por la ventana, encontrándome con escenas desgarradoras. Mis lágrimas comenzaron a caer una, y otra vez. Ante ver cómo aquéllos infectados se lanzaban hacía las personas, dejándole profundas mordidas, sangre, accidentes de coches. Todo una mierda... Sentí los brazos de mi querido rodear mi cuerpo por detrás aferrandome a éste para luego tapar mis ojos con sus manos evitando qué viera nuevamente.
Narra YoonGi.
Me encontraba en el volante dedicándome en partir camino hacía una farmacia. La cuál se ubicara un tanto afuera de la gran ciudad. Había visto por la ventana del retrovisor qué el castaño finalmente había despertado. Se encontraba aún un tanto agitado por lo cuál me apresuré. Finalmente luego de concurrír varios minutos detuve el coche ante estar frente de una farmacia aislada.
— Hey, irás conmigo. Iremos por el medicamento para él. — Señalé al menor con mi cabeza. — A su vez veremos si encontramos algo de comida, en el otro local que se encuentra allí. — Murmuré seco mientras Woozi me observó dispuesto a salir.
Negué a mi hermano menor para acto seguido dedicarle una pequeña sonrisa sin dejar a su vista mi dentadura. Le susurré un pequeño 'Estare bien. Tranquilo, pequeño.' El cuál asintió dudoso.
— ¡TAE! ¡NO! N-No me dejes... — Exclamó aquél castaño con su voz entrecortada.
— Cariño, nunca te dejaré. Sólo debemos ir por tú bomba. Te quedarás con Woozi. Por favor... — Tomó el rostro del castaño entre sus manos tranquilizando al mismo.
Este se calmó así qué finalmente tomé un pequeño bocado de aire retirandome del coche junto al contrario.
— Apura el paso. Si aparece alguno, procura de evitar qué te deje alguna mordida. ¿Bien? Si no quieres ser carne fresca para aquéllos hijos de puta. — Exclamé mirando hacía alrededor.
Nos adentramos a la farmacia por lo cuál escuchamos una voz proveniente del fondo. Nos encaminamos con cuidado hacía aquél lugar proveniente de la voz. Y nos encontramos con una persona infectada, prácticamente se podría observar qué no hace mucho qué estaba aquí. La misma permanecía bajo el mostrador del lugar junto a un charco de sangre. Se podría observar qué contenía un cuchillo en su mano, junto a un arma. Le hice una seña al contrario para así intenta sacar aquéllas dos cosas.
— No nos hará daño. Ya está bajo aquél mueble. — Comentó el chico llamado Tae sin darle tanta importancia al asunto.
El mismo se acercó para quitar el arma para acto seguido por sorpresa ver cómo aquél infectado había tomado la mano de el con fuerza trasladando a la misma en dirección en su boca. Con rapidez tomé el cuchillo para luego darle justo en su cabeza matando al infectado para luego quitar el arma y guardarme a la misma dentro del borde de mi vaquero del lado trasero.
— ¡Eres un idiota! ¿¡No te das cuenta qué por hacerte el jodido macho casi mueres!? Imbécil... Ahora sigamos buscando la bomba.