06.

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— ¡Amor! Despierta. No me preocupes, ángel. — Unas manos se encontraban sobre mis mejillas. A lo lejos se podía oír unas voces, tanto cómo gruñidos.

— Q-que está sucediendo... — Hablé con delicadeza. Mi respiración comenzaba a disminuirse con lentitud; provocando qué abriese mis ojos encontrándome con Tae mientras qué una lágrima resbalaba por su mejilla.

Observé al mi alrededor, me encontraba en una casa. Había dos hombres frente de mi, los mismos se encontraban dando su espalda. No podía descifrar quiénes eran. Ambos aseguraban la puerta principal con algunos u otros caños. La ventana cristalina tenía varios rasguños, sangre y detrás de está se podían observar aquéllas personas, tal cómo el sujeto qué había caído sobre mí.

— ¿Está herido? — Preguntó escuchando por segunda vez aquélla ronca voz.

— ¡Necesita su bomba! Es asmático. Por Dios, ayúdame. — Pude oír a Tae quien no dejaba de derramar lágrimas una y otra vez.

— ¡Woozi! Ve por las llaves del coche. Están en el cuarto de nuestra madre sobre la mesa de noche. — ¡¿Qué?! ¿Woozi estaba aquí? No estaba entendiendo absolutamente nada.

¿Qué carajos estaba viviendo? Me sentía prácticamente en una película pero en carne viva. Me encontré débil, un tanto inconsciente. Escuché unos gritos qué provenían de la planta de arriba. Oh, no...

— Jodida mierda, Woozi. ¿Dónde estás? — Comentó aquél desconocido. Actualmente mi vista se encontraba borrosa. No podía distinguir las siluetas. Sólo sentía las manos de Tae posarse nuevamente en mi. — ¡Vamos arriba! Está puta puerta no aguantará. Rápido, muévete. — Mencionó el extraño nuevamente.

TaeHyung cargó mi cuerpo en sus brazos comenzando a subir cada respectivo escalón de la escalera. Sabía qué tarde o temprano no resistiría más... Necesitaba la bomba para el asma. No podría soportar un poco más.

Narra TaeHyung.

Jungkook... No me dejes ahora. — Mi voz sonaba entrecortada. Las lágrimas no tardaban en resbalar por mis mejillas.

Joder me sentía un gran imbécil por lo que había sucedido hace un tiempo antes. Kookie era absolutamente todo para mí. Y ahora verlo qué me estaba dejando, me destrozaba aún más. El sujeto pelinegro el cuál salvó a Kookie de qué aquél infectado lo atacase nos llevó a ambos a lo qué sería su casa. Esos hijos de puta estaban rodeando la misma, queriendo destrozar las ventanas, sabía perfectamente que cuando menos lo esperáramos estarían dentro junto a nosotros. El opuesto mandó al menor, un tal Woozi. Parecía su hermano menor pero luego de unos segundos se escuchó un grito del niño que provenía de arriba. El contrario exclamó qué subiéramos. La puerta principal no dudaría mucho, esos desgraciados estaban por todas partes. Subí las escaleras con Jungkook; el sujeto permanecía delante nuestro en busca de aquél menor. Hasta qué finalmente nos llevamos con una escena realmente desgarradora.

SCARAMANZIA. ' YOONKOOK ' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora