Narra YoonGi.
Joder, permanecía en el sillón de la sala con un fuerte dolor en la parte de mi espalda. En la noche había concurrido a una pequeña fiesta la cual fue organizada por un compañero de la preparatoria a la cuál iba pero fue abandonada. Mi cabeza dolía un tanto, comencé a recordar lo sucedido antes de que cayera rendido a aquél sillón en el que me encontraba.
— ¡Mierda! ¿Que haces aquí, maldito desgraciado? — Mencioné permitiendo que mi voz se escuchara con un toque de furia. Tenía frente a frente a aquél hijo de puta el cual había sido el causante de que mi hermano fuera víctima de bullying junto con sus desquiciados amigos.
— Mhm, vaya. ¿Cómo ha estado el mocoso llorón? Oh, quiero decir. Tú amoroso hermano. — Aclaró burlonamente. La furia recorría cada rincón de mi cuerpo deseando darle su merecido en este momento. ¿Ganas de hacerlo? No me faltaban.
///
JiHoon, mi pequeño hermano con tan solo dieciséis años de edad había estado sufriendo todo el jodido año. Él no se había atrevido a dar a reconocer lo sucedido. Por mi cuenta lo había notado, cada vez que me acercaba a la habitación de Woozi notaba cómo el ponía alguna excusa para no concurrir a la preparatoria. Poco a poco comencé a darle la mayor atención al asunto hasta que un día, en plena mañana. Ya que el mocoso iba al establecimiento a tempranas horas. Me acerqué a su salón donde recibía sus clases, era la hora del receso así que prácticamente el no se encontraba allí. Busqué por toda la maldita escuela para poder entregarle su libro de matemáticas para luego irme de regreso al trabajo nuevamente hasta que me llamó la atención un grupo de chicos, cuatro aproximadamente, golpeando a un menor en el patio trasero. No dudé en acercarme para darle una ayuda y llevarlo con su directora hasta que mis ojos vieron con claridad que aquél chico era simplemente mi hermano.
///
— Eres una mierda de persona. Un maldito desgraciado que solo le gusta joderle la vida a los demás. — Comenté, de respuesta recibí una sarcástica risa. Hasta que mi enojo fue desatado en tan solo segundos al oír aquéllas palabras de mi hermano.
— JiHoon es una pobre alma triste. Es una pena que sólo tenga la atención de su hermano mayor; porque a su madre solo le encanta recibir una buena follada a cambio de dinero. El chico nunca tendrá el amor de una madre. Y por último, que se entere que su hermano es un drogadicto de mierda a su vez un narcotraficante. — Comentó con su voz aún más fuerte logrando captar la atención de todos que luego se habían dedicado a reír.
Sin desperdiciar unos segundos más mi puño había sido estampado en su nariz provocando que la misma comenzara a sangrar. Su cuerpo permanecía en el suelo pero éste no tardó en reincorporarse devolviendo aquél golpe que le había dado. Está vez su grupo de tres amigos comenzaron a golpear mi estómago provocando que acabase en el suelo. Noté como mi compañero, el dueño de la fiesta comenzó a defenderme junto con sus amigos. Logré levantarme escupiendo un poco de sangre por parte del golpe. Mi vista de habla convertido nublada ya que a su vez antes de la pelea había bebido alcohol como la gran mierda. Mi cabeza se estampo con el suelo mientras mis ojos se cerraban escuchaba a lo lejos que la pelea continuaba. Un poco inconsciente sentí unos brazos rodear mi cuerpo pero allí todo llegó a su fin.
Luego de recordar un poco el momento opté por levantarme de aquél sillón despidiendo de mis labios un quejido. Había trasladado mis manos a mi rostro deteniéndome por el dolor que sentía en lo que sería mi pómulo izquierdo y mi labio inferior.
— ¡Hey! YoonGi, despertaste. — Oí una voz femenina a mis espaldas provocando que volteara a su dirección.