Capítulo 26

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Estacioné el auto en uno de los aparcamientos disponibles dentro del estacionamiento de la plaza comercial. Me miré en el retrovisor y acomodé un poco mi cabello. Ya iba un poco tarde gracias a que no podía escoger ningún outfit que me agradara del todo, y cuando lo hice, Camila al verme bajar me pidió que regresara a mi habitación para que ella pudiera ayudarme a verme "menos cholo", y aunque mi tía dijo que me veía bien, no sabía si podía confiar plenamente en ella, ya que así son las tías, siempre te ven guapo, te comentan todas las fotos diciéndotelo, además de recalcar que te ves más grande, aunque sea totalmente falso, también te mandan imágenes de Piolín deseándote un buen día aunque todo esté para tirarlo a la mierda, y bueno, eso en realidad no tiene nada que ver, así que, retomando el tema, regresé a mi cuarto acompañado de Mila para empezar una vez más desde cero.

Bajé del auto asegurándome de cerrar bien la puerta y coloqué la alarma. Comencé a caminar con paso apresurado pero alguien se interpuso en mi camino.

-Hola -un niño de aproximadamente unos cuatro años me miró con sus ojos azules y una sonrisa que dejaba a la vista un gran ventanal, se veía adorable -¿puedes firmar mi balón?

Él lo extendió hacia mi y yo lo tomé. -Por supuesto, ¿cuál es tu nombre? -miré disimuladamente el reloj, increíble, 10 minutos tarde

-Samuel -respondió sin quitar la vista de su balón mientras seguía todos mis movimientos al estar escribiendo sobre éste

-Un bonito nombre -le sonreí mientras le extendía de nuevo su balón blanco con negro

-Gracias -mostró una sonrisa más grande mientras corría de nuevo

Lo miré por un momento cuidando que ningún coche lo lastimara, y cuando llegó con sus padres, fue mi momento de correr.
Entré rápidamente a la plaza y subí las escaleras eléctricas como si fueran escaleras corrientes, pues no tenía tiempo suficiente para esperar que llegaran hasta arriba.
Al ver el cine frente a mi, pude visualizar a _______ sentada en una de las periqueras, me acerqué a ella por detrás y tapé sus ojos con ambas manos.

Ella rió un poco. -Sé que eres tú, Paulo

-¿Como lo supiste? -me senté a su lado

-Reconocería tú loción a mil kilómetros de distancia

Ese pequeño detalle me hizo sonreír inconscientemente

-¿Ah si? -enarqué una ceja -¿que piensas de ella?

-Me gusta, huele bien -ambos reímos un poco

-Si quieres te la regalo -le guiñé un ojo divertido y ella rió

Fuimos a comprar los tickets para una película animada de la que ni siquiera podía recordar el nombre, pero _______ quería verla y era imposible convencerla de ver otra, además, ¿quién era yo para negarle algo?
Absolutamente nadie.

Entramos a la sala, tomamos nuestros asientos y comenzó la película, ambos comíamos de las deliciosas palomitas acarameladas que hacen el cine doblemente divertido, y he de admitir, estaba más emocionado yo con la trama de la película que _______. ¿Pero como no estarlo? Las imágenes eran geniales, amaba la playa y las canciones que cantaba "Moana" realmente eran pegadizas. Si alguno de mis compañeros me viera en estos momentos, seguro sería la burla del equipo por lo que resta de las temporadas que vienen.

•••

-Me divertí demasiado, aunque no tanto como tú -ella rió mientras ambos estábamos recargados en su coche

-Gracias por aceptar la invitación -sonreí -y lo digo en serio, son pocas las personas con las que me divierto tanto como lo hago contigo

-Pues lo mismo te digo, gracias a ti por la invitación -se acercó a abrazarme y después subió a su coche

Roses🥀||Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora