♦CAPITULO 5♦

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Las cantos de pippin y Merry se oían por todo el lugar, causándome una leve risa

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Las cantos de pippin y Merry se oían por todo el lugar, causándome una leve risa. Luego de haber proclamado mi rendición, había decidido tomar un poco de aire. Los gritos, las risas y la constante música retumbaban en mi cabeza haciéndome doler.

Frote mis brazos al sentir la helada brisa chocar contra mi cálido cuerpo. La noche estaba hermosa, brillantes estrellas adornaban el despejado cielo, y el sonido de la naturaleza rompía el silencio.

Unos brazos me rodearon por detrás, trayendome una agradable calidez. Oí un suspiro cerca de mi oído, y una reconocida voz.

- La noche esta tan hermosa como tu - murmuró apoyando su cabeza contra la mía. Cerré los ojos sonriente. Me asombraba la magia que tenía el sobre mi, era como una luz en la oscuridad, una calma en la tormenta, y un refugio en las noches de desolación. El era mi causa para seguir con cordura luego de tantas batallas.

- ¿Como logras calmar mi corazón a pesar de haber vivido y sentido Tanto dolor y muerte? - Pregunte. Con el podía expresar mis sentimientos libremente, sin temor a que me juzgue, o que no me comprenda.

- El amor es eso... Un carisia de alivio , y un brillo de paz en los días perdidos y oscuros. - Susurro. - Aun no comprendo como viví tantos años sin tenerte a mi lado. Mi vida parece vacía sin tu presencia en ella. Me alegra saber que ahora tengo una razón para seguir con vida, para soñar un futuro, y un aliento para luchar en las guerras. Si te tengo a ti, ya todo cobra sentido para mi -

Me gire hacia el, perdiéndome en la inmensidad de sus ojos, y sin mas lo bese. Sus largos cabellos rubios me hacían cosquillas en el rostro, y sus brazos bajaron a mi cintura, estrujandome en su cuerpo. Mis manos acariciaron sus mejillas con ternura, dejando que un suspiro salga de los labios del elfo.

- Quiero que seas la mujer que se siente a mi lado en el trono - murmuró contra mis labios. Sonríe, sentiendo mi corazón latir desenfrenadamente.

- Me encantaría que seas el hombre que acompañe mis noches por el resto de nuestras vidas - respondí. Sus brazos subieron hasta mi rostro, y de pronto el beso se volvió apasionado y violento. No supe que hacer en el momento, pero lo seguí delirando al hacerlo.

Era húmedo y caliente. Algo innovador, y cautivante. Sentía como el deseo se iba disperando en nuestros cuerpos, y los suspiros brotaban entre beso y beso.

- Espera....- Murmure separándome de el. Me mordi el labio nerviosa. Sus ojos me miraban expectantes, esperando que continúe mi oración - Deberíamos detenernos. Yo no, aun... Estamos en medio de una guerra y no. No es que no quiera llegar mas lejos contigo, lo deseo encerio pero me gustaría... - Su dedo índice acarició mis labios cayandome.

- Lo entiendo. También quiero que sea especial y único, y no en medio de una guerra.- suspire aliviada al oírlo. Verdaderamente tuve miedo al principio, si el de molestaba, o me rechazaba por haberle dicho que aún no me parecía correcto, mi corazón no lo soportaría.

- Gracias por entenderlo - susurre acariciando su mejilla. El sonrio y beso mi mejilla.

- ¿Me acompañas a los prados? La noche aun es joven, y me gustaría pasar tiempo contigo. Con todo lo que paso, no tuvimos un momento a solas- Asentí tomando su mano, enredando sus dedos con los míos, y dejándo que el me guíe.

(....)

La helada cayó sobre nosotros, humedeciendo los pastos con una leve llovizna. Legolas y yo reposabamos bajo un frondoso árbol, cubriéndonos con su capa.

- Sabes.... Estaba pensando. En que cuando todo esto termine, podría llevarte a conocer a mi padre y las tierras donde nací. ¿Que te parece? - Pregunto rompiendo el agradable silencio que nos rodeaba.

- Me encantaría conocer tus orígenes. Me dijeron que el bosque negro es un lugar hermoso - comente acurrucandome más a su cuerpo. Legolas me rodeo con su brazo dándome leves carisias con su dedo pulgar en el mio.

- Lo era antes de la construcción de la fortaleza de Sauron ; Dol Guldur. Todo allí era verde, iluminado por loa rayos del sol, que le daban ese cálido y agradable lugar. Después de la construcción, la oscuridad cubrío las tierras, atrayendo alimañas y enemigos constantemente. Nada volvió a ser igual, se torno oscuro y frío, una tierra peligrosa para los visitantes. - Comento con un aire melancólico y nostálgico. Una sonrisa se asomo en sus labios, como si recordará algo, pero se borro al instante.

- Cuando todo esto termine. La luz y la vída volverán a tu hogar. Ya lo veras - lo console dando pequeñas pequeñas carisias en su pecho.

- Ya lo veremos - corrigió abrazandome hacia el.

(...)

La suave respiración de Selene me dio a entender que se había quedado dormida. Y con delicadeza la cargue hasta la casa del rey. Verla era hermoso, sus dorados cabellos adornaban sus características mejillas rosadas y sus largas pestañas rubias. Sin dudarlo, era la mujer perfecta. Hermosa, valiente, cálida, fuerte, dulce y con mucho carácter y coraje. Cada vez que imaginaba mi futuro la veía a ella, adornada con un precisos vestido blanco y una corona brillante sobre su cabellera. Los dos en un gran altar, siendo bendecidos por mi padre. Ese era mi sueño con ella... Acompañarla y cuidarla por el resto de nuestras largas vidas, rodeados de pequeños mitad Elfo mitad Nachtgeist.

Sonreí embobado. Derrepente las imágenes de nuestro apasionado beso inundaron mi mente. Su cálido cuerpo contra el mio, mientras que nuestros labios luchaban entre sí. Tuve que callar mis pensamientos, una extraña sensación comenzó a recorrerme el cuerpo, y suspire intentado distraer esos recuerdos.

Camine levemente por los cuerpos de los dormidos hombres que roncaban en el suelo. Frunci el ceño, no la dejaría rodeada de todos ellos, abri una de las grandes puertas que llevaban a las habitaciones, y me diriji a la mía. Me la habían otorgado amablemente para que descanse, aunque jamás la utilize, agradecí ese cortes gesto.

Con cuidado la pose en la cama, arrojándola con las sábanas color crema. Deje un suave beso en su frente antes de salir de allí, sin apagar el fuego flamante que iluminaba la habitación.

Camine nuevamente entre los cuerpos de los hombres, y salí del lugar por aire fresco. Contemple el horizonte, algo inquietaba mi corazón, una oscuridad se movía en los cielos perturbandome, y unos malignos murmullos se oían en las corrientes de aire.

-Las estrellas se nublan. Algo se inquieta en el este. Una insomne malicia.
El Ojo del enemigo avanza- dije al percibir a Aragorn cerca mio. El verdadero enemigo nos había frente ahora, explotando en ira, y con un fuerte deseo de muerte.

Ya todo era distinto.

Verdadera esencia - Legolas Y Tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora