Eowyn abrió sus ojos, llenando de alivio el corazón de todos, sobre todo el de Eomer, quien sujeto su mano soltando lágrimas de felicidad. Aragón, quien se había encargado de cuidar de ella todo el tiempo que estuvo inconsistente –que fueron algunas horas– apartó la mano del rostro de ella. Los opacos ojos de Eowyn se posaron en mi, y yo le sonreí apoyando mi mano en su pecho – justo allí, donde ahora guardaría la marca de un Nachtgeist. Una marca que la protegería toda su vida, pues llevaba una parte de mi alma consigo–. Eowyn y yo estábamos ligadas, según lo que me dijo Gandalf. Y ahora lastimosamente, ella sufriría las consecuencias de ello, tanto las heridas por haberse enfrentado a él rey Brujo, como el peso de cargar una parte de mí. Aún no sabríamos con exactitud qué pasaría con la princesa, pero me preocupaba lo que podría sucederle.
— Que bueno que despiertas Eowyn— susurré y ella me sonrió.
[...]
Desperté sobresaltada, con el corazón en la boca y las manos aferradas a las sábanas blancas. Unas suaves manos acariciaron mi espalda, y ví a Legolas sentado a mi lado. Solté un respiró, y toque las vendas que cubrían mi cuerpo. Hize una mueca, seguro dejarían marca.
—¿Te sientes mejor?— la aterciopelada voz de Legolas estrujó mi estómago, y una corriente eléctrica corrio por mi piel al sentir la yema de sus dedos en mi espalda.
— es un récord, nunca me habían golpeado tanto — intenté bromear, pero él solo suspiro con una triste mirada.
— No debiste irte Selene... Casi mueres en mi ausencia.
— No lo hize... — le susurré tomando su brazo. El me miró por lo que parecieron ser una eternidad, y poso su mano en mi cuello, acercándome a su boca. Sus labios se encontraron con los míos como si hubieran pasado años, me aferre a su ropa con desespero, inclinando mi cabeza a un lado para besarlo con más profundidad. Lo había extrañado tanto. El rodeo mi espalda baja con su otra mano, y me acerco más a él. Jugue con su sedoso cabello, enredandolo entre mis dedos mientras su lengua chocaba contra la mía. En eso unos toques en la puerta sonaron.
— Legolas. Aragón nos llama a una reunión— dijo la voz de Gimli al otro lado de la puerta. Legolas se separo de mi unos centímetros, y acaricio mi mejilla. —¿Legolas?.
— Ya bajó. — contesto y escuché las pisadas de Gimli alejarse. Sonreí mirando los hermosos ojos de Legolas, y dejé otro beso en sus labios.
— ¿Vamos?.
— Tu te quedás. — me dijo con el ceño levemente fruncido. Reí y negué, parandome de la cama. Ví que solo tenía una fina bata de tela suave y brillosa, y sentí los ojos de Legolas en mi. — no creo que pueda dejarte ir. — murmuró con una voz ronca que me hizo estremecer.
— Nos esperan abajo. — dije ocultando un sonrojo al descubrir el deseo en su mirada. Rápidamente me adentre al baño, y me cambié las vendas, junto con la ropa, volviendo a mi atuendo de lucha.
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Verdadera esencia - Legolas Y Tu-
FanfictionTercer libro de la trilogía |El corazón de un Ángel|.