♦CAPITULO 6♦

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- Corre

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- Corre

- Corre

Mis pies corrían en las penumbras del bosque. Mi respiración era agitada, y una inquietud me rodeaba. Un fuerte viento me golpeó acompañando de tormentosas voces, no distinguía sus palabras pero el dolor y el miedo que sentia hacia parecer que en realidad si lo comprendía.

Mi rostro era arañado con las ramas que se interponian frente a mi. Y depronto los árboles desaparecieron, y una luz roja como el fuego cegó mis ojos.

Me tambalee sobre mis pies, el suelo eran piedras flotantes en medio de la hiriente lava, y frente a mi una torre oscura se posicionaba. Un ojo maligno, me observaba con malicia, y un grito resonó en mis oídos. Sobre el ojo, el cuerpo de Frodo caía sin vida frente a mís pies.

- Has fallado -

- La Tierra media se consumirá en el fuego y la maldad. -

De pronto todo se sumió en oscuridad. Grite pidiendo ayuda, y de la nada, cuerpos ensangrentados y mutilados cubrieron los pastos, bañando con su sangre la tierra.

- ¡No!- Grite con las lágrimas cayeron sin parar. Mis padres, mis amigos, mi familia, todos yacían muertos entre mis pies.

- No me detendrás- oí la cínica voz de Sauron retumbar en mi mente. Dejándome devastada entre la sangre y la muerte que me rodeaba.

Me desperté sobresaltada. Mi corazón latía con fuerza, y las lágrimas caían por mis mejillas. Me hize un ovillo entre las sábanas, ocultándome en ellas.

Cada palabra que había sonado en aquella pesadilla volvía a mi, atormentadome. Fue tan real, el dolor era indescriptible, tan real como si hubiese pasado.

El miedo me inundó, y la paranoia me consumió. Corrí por los pasillos de las habitaciones, buscando desesperadamente a mi familia. Lo único que tenía que podría llamar una verdadera Familia.

Una maligna voz retumbó en mi mente. Era la voz de Sauron. El estaba aquí.

Ahogue un grito al escuchar su voz cada vez más fuerte. Su poder era tal que al oírlo parecía como si clavaran millones de cuchillas filosas y venenosas en mi cuerpo.

Su voz sonaba cada vez más cerca, y de apoco me iba sintiendo cada vez más débil, mis ojos se cerraban y la cabeza me punzaba. Pero al cruzar la puerta, vi a pippin sosteniendo entre sus manos el ojo de Sauron.

- ¡Pippin no! - Exclamé aterrorizada corriendo hacia el. Su cuerpo se retorcio, mientas sus labios se separaron emitiendo un grito silencioso. Lo estaba torturando.

Mi mano tomo de su hombro intentando detener su tortura, mientas que yo misma luchaba con la misma. El Ojo alumbraba un fuego perverso y malicioso. Mis manos intentaron tomar la esfera, pero como su fuera un escudo de defensa, salí volando contra una de las columnas del gran salón.

Su voz consumía todo el lugar. Era lo único que podía oír. Mi vista era borrosa por el golpe, y con pesar tuve que levantarme del suelo. Mi cuerpo dolia, no tanto como el sufrimiento de mi mente.

- Te veo- su tenebrosa voz pronunció. No soportaba los gritos de pippin, lo escuchaba en mi mente torturandome al no poder hacer nada.

- ¡Pippin! ¡Ayudadle! ¡Gandalf! ¡Que alguien le ayude!- suplicaba Merry desesperado al borde del colapso.

Aturdida pude sostenerme con mis pies. Mi respiración estaba acelerada, y luego de parpadear varias veces logre ver con nitidez.

La puerta se abrió de un portazo. Y Aragorn corrió hacia pippin tomando el ojo entre sus manos, pero cayó hacia atrás convulsionando de dolor. Legolas lo tomo mirándolo con desesperación, sin saber que hacer.

- Ya basta- murmure con la voz quebrada. Las lágrimas inundaron mis ojos de impotencia. Y una ira floreció dentro mio al ver los ojos heridos y perdidos de mis amigos.

El cuerpo de Aragorn se sumió en tranquilidad y quietud al momento en el que desprendí de mi cuerpo, mi poder. Una ráfaga de luz chocó contra la esfera haciéndola rodar lejos en la esquina del salón. Callando el tormento que provocaba Sauron.

Gandalf lanzó una sabana blanca cubriéndola y miró a pippin enfurecido.

- ¡Tuk insensato!- exclamó con ira. Pero al girar la angustia y la preocupación hicieron lugar en su rostro.

- Pippin - murmure afligida al verlo tirado en el suelo, con los ojos cerrados y el cuerpo congelado, como si no tuviera vida. Corrí hacia el tomando su cabeza entre mis manos.

Gandalf al darse cuenta corrió inmediatamente hacia el empujando a un lado a Merry que se encontraba en su camino y colocó sus manos en la frente del hobbit, y moviendo sus labios pronunciando unas palabras inaudibles.

Pippin despertó dando una larga bocanada de aire. Trayendo un poco de alivio a mi corazón.

- Mírame - ordenó Gandalf buscando su mirada. - Mírame ¿Que has visto? - Pregunto impaciente. Pippin puso los ojos en el durante unos segundos, pero luego los cerro. Titubeaba y movía levemente su cabeza de un lado a otro, como si luchará contra algo más fuerte que el.

-Un árbol- dijo finalmente abriendo los ojos. - Había un árbol blanco, en un gran patio de piedra. Estaba seco. Una ciudad en llamas...- Murmuró con dificultad. Sus ojos estaban perdidos, parecía como si aun estuvieran viendo lo susedido. Percibía la angustia y el tormento en ellos.

-Minas Tirith - susurro asombrado. -¿Es eso lo que viste? - Pregunto firme.

Los labios de pippin se movieron, intentando pronunciar las palabras, parecían atascadas dentro de él. Hasta que logró hablar.

- He visto... Lo he visto a Él. Oí su voz en mi cabeza.- dijo con los ojos abiertos, sujetando los brazos de Gandalf con fuerza. Estaba asustado.

- ¿Y qué le dijiste? ¡Habla!- exclamó impaciente.

- Quiso saber mi nombre. No se lo dije. Me hizo daño.- respondió con los ojos brillantes y rojos de lágrimas.

- ¿Qué le dijiste de Frodo y el Anillo?- pregunto Gandalf con temor en sus ojos.

- Nada - murmuró pippin apretando sus labios.

Un suspiro brotó silenciosamente de los labios de todos. Pippin podía ser curioso, y que ello lo llevará a tener problemas. Pero era fiel con los que amaba.

Sauron había llegado demasiado lejos, traspaso los límites de mi calma y prudencia dañando a mis mas allegados. Soporte mucho daño durante este largo camino, pero que dañaran a mis amigos directamente, formaba la mayor rabia en mi. Sauron había presionando mi punto más débil, el ya lo sabia, pero no dejaría que los hiriera nuevamente. No permitirá que mi pesadilla cobre vida.

Verdadera esencia - Legolas Y Tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora