Secuestrame ✓ Finalizada

🦋 Prólogo 🦋

Hola a todos 🥰
Antes que comiencen la historia me gustaría decirles algo.
Esta bella y hermosa historia no es mía así que le doy todos los créditos  a su creadora, por crear tan magnífica historia y bueno no pongo el nombre de la Autora por que no me se su nombre debido que cuando la publique solo tenía 13 años y bueno no sabia mucho de computadora y escribir y bueno solo quería dejar esto en claro 😊

Esta rotundamente prohibido hacer otra copia o modificarla. Sin mi autorización.

Sin más nada que decir disfruten de la historia.
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El timbre del instituto sonó detonando de esa manera la bomba de estudiantes. Todos comenzaron a salir a toda prisa de las aulas sin coger los deberes o despedirse tan siquiera. ¡Ya era verano!¿Para qué hacer los deberes?, ¿para qué despedirse del profesor? Durante dos maravillosos meses no les iban a poder reprochar nada.

- ¡Kagome! – la llamó una chica.

- ¿Qué ocurre Eri?

- Nosotras nos vamos a la hamburguesería, ¿te vienes?

- Pues…

- Ah, lo siento- dijo mirando a la entrada del instituto- no sabía que tu novio hubiera venido a recogerte.

- ¿Mi novio?

- ¡Adiós Kagome!

- ¡Espera!

Kagome dejó caer pesadamente el brazo con el que había intentado atrapar a Eri y se giró hacía la entrada. Era él otra vez. Parecía que nunca la dejara en paz. Desde que los habían presentado en una fiesta no paraba de perseguirla a todas partes y pedirle citas.

Ése era Inuyasha Taisho. Alto, delgado, musculoso, cabello largo y negro, ojos castaños, piel bronceada, labios finos, veinte años de edad. En resumidas cuentas, era sexi y muy atractivo pero seguía sin atraerle.

- ¿Ya estás otra vez aquí? – le preguntó refunfuñando- ¿cómo tengo que decirte que me dejes en paz?

- Es que yo no me rindo nunca.

- Eso lo has dejado más que claro.

- ¿Te llevo? – le preguntó señalando su moto.

- Antes muerta que montarme contigo en ese cacharro.

Kagome pasó a su lado y comenzó a dirigirse hacia su casa con el ceño fruncido. Inuyasha Taisho era el tío más pesado que jamás había conocido. Escuchó a sus espaldas el ruido del motor y supo que había ganado, se marchaba.

- ¡Kagome!

Suspiró agotada. Cuan estúpida había resultado ser al pensar que la dejaría en paz tan fácilmente.

- ¿Hay alguna manera de que salgas conmigo? – le preguntó andando sobre la moto junto a ella.

Kagome le miró y luego dirigió su vista al frente. Tenía que decirle algo imposible para bajarle la moral.

- Secuéstrame.

Inuyasha primero la miró extrañado y luego sonrió satisfecho.

- Trato hecho.

Inuyasha aceleró la moto y se largó del lugar dejándola allí tirada. No le había entendido. ¿Cómo que trato hecho? Bueno, eso daba igual porque desde aquel día nunca había vuelto a verle y ya habían pasado cinco largos años.