Lunes 24 de agosto 2004
9:00a.m.Hola diario, solo quería escribirte para darte la noticia de que hoy es mi último día en este lugar al que los doctores llaman "Instituto mental" Y nosotros los pacientes llamamos infierno, sinceramente me sigo sintiendo como la misma mierda desdén que entré, tomó mis medicinas y si a veces me calman un poco la ansiedad creciente de cada día pero estoy convencida de que jamás van a ser suficientes, tal vez debería de tomarlas todas y olvidarnos de esto de una vez, pero se que no es correcto, no debería pensar así, solo que me es inevitable pensar que el mundo sería un lugar mejor sin mi, supongo que tarde o temprano lo tendremos que descubrir.
Lunes 24 de agosto del 2004
9: 45 a.mJessica tomó sus maletas y le dio una última mirada a su triste cuarto, tenía un color piel tenue con algunas pocas manchas de humedad, la única ventana que se posaba en medio de la habitación estaba empañada por la lluvia y el frío, le dio un vistazo a la vieja cama oxidada y el pequeño escritorio de color blanco con su lámpara vieja y desgastada, por último su mirada se posó en el sucio suelo de madera que rechinaba con cada paso, dio un breve vistazo a los cajones que estaban pegados a la pared, sip, definitivamente no iba a extrañar ese lugar.
Camino por el largo pasillo con pisos de madera mientras contaba los segundos para salir de ese lugar, su mano apretó fuertemente la manilla de la maleta por los nervios, miro por una última vez más puertas un poco viejas pero cuidadas de ese horrible Instituto hasta dirigirse a la recepción, miro a Canela la recepcionista y esta le dirigió una pequeña sonrisa melancólica, Canela había sido por varios años su confidente, le contaba más a ella que a su terapeuta y ella estaba agradecida de que jamás revelara ninguno de sus secretos, miro al techo y su mirada se quedó varada en las bocinas blancas y brillantes como el sol, un enfermero se paro en frente de ella sacando la por completo de su mundo.
- ¿Jessica Freeman? - pregunto el chico con un poco de aburrimiento.
-si? - la mirada de la chica reflejaba miedo, era como mirar a un conejo al cual le ponían una lámpara en la cara.
-Venga conmigo para devolverle sus pertenencias - dijo el chico volteando se a paso apresurado por los pasillos, pero ella ya estaba acostumbrada a esos típicos pasos rápidos que tenían por costumbre los enfermeros.
Llegaron a una pequeña caseta con rejas de metal en donde una enfermera estaba sentada en una pequeña silla giratoria de metal alta, tenía el lápiz labial un poco corrido y unas ojeras del tamaño del hemisferio sur, Jessica noto que la enfermera mascaba chicle con la boca abierta lo cual le desagrado mucho, miro al chico esperando recuperar sus pertenencias, él le pasó una bolsa grande trasparente con todas sus cosas, regreso a la recepción y se sentó en la pequeña e incómoda silla mientras sacaba sus cosas, la Bolsa contenían lo siguiente:
. Agujetas
. Rastrillo viejo
. $2.50 USD
. Tarjeta de metro
. Maquillaje
. Pastillas para cólicosMetió todo a su maleta y se puso las agujetas para después dirigirse a la puerta , el aire invernal chocó abruptamente con su cara mientras ella pestañeaba un poco incrédula, bajó los escalones y se paró a la orilla de la banqueta mientras alzaba su brazo para parar un taxi, era hora de ir a casa y lo sabía, aunque no estuviera preparada para eso, un taxi se paro tan rápido como alzó el brazo, se sentó en el asiento trasero y miro por la ventana todo el camino.
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Primer capítulo, espero les guste.
⭐⭐⭐
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E L E C T E D
Lãng mạnDespués de la muerte de su único mejor amigo, Jessica, una chica con muchos secretos intenta suicidarse, pero, ¿Que pasaría si su mejor amigo regresara? ¿Que pasaría si descubriera que su muerte no fue exactamente por suicidio? Existen algunas cosas...