Su rubio amigo lo alcanzó en los pasillos y pasó su brazo por sus hombros, colgándose así de su cuerpo. TaeMin no necesitaba mirar ni de reojo para saber de quién se trataba.
—Este sábado las chicas quieren ir a un karaoke y quizás luego nos colemos en alguna fiesta, vendrás con nosotros, ¿verdad?— preguntó el moreno a su amigo.
—Sabes que no me gustan esas salidas, Kai.— contestó seco el de pelo cobrizo.
—Vamos Taem, es la oportunidad perfecta para tirar, ¿Hace cuánto que no te revuelcas con alguna chica? Te daré una pastilla para que coloques en su bebida, es realmente efectiva, no se negará a nada.— rió su amigo. TaeMin frenó en seco. —¿Uh? ¿Y ahora qué te sucede?— preguntó fastidiado el rubio.
—¿Acaso drogas a las chicas?— sabía que su amigo se había vuelto un hijo de puta con los años, pero no imaginaba que fuese tan cabrón como para hacer algo tan bajo.
—Vamos, TaeMin.— le advirtió con su voz. —Bien, si no quieres la droga, no te la paso, recuerda que es éste sábado a las cinco.
—No contestaste a mi pregunta.— sabía que se estaba metiendo en terreno peligroso, pero aún así no se dejaría intimidar.
—TaeMin, eres mi mejor amigo, ahórrame la paliza.— bufó molesto. —Bien, si.— agregó ante la insistente mirada del mayor. —Solo aveces, cuando se ponen demasiado demandantes o comienzan a dudar, las que caen fácil no lo necesitan, no gastaría esas pastillas en cualquier zorra.— rodó sus ojos molestos. —Recuerda lo del sábado, no puedes faltar.
Y así concluyó su pequeña charla, con un JongIn caminando con indiferencia hacia algún lugar del colegio, mientras que TaeMin seguía a mitad del pasillo preguntándose por qué amaba a esa clase de enferma persona.
Un suspiro salió de sus labios y negó rotundamente. Su amigo había cambiado demasiado, antes era alguien ejemplar y bueno, ¿Cuándo se había transformado en el monstruo frío que era ahora?
Con una punzada en su corazón, tomó sus cosas del casillero y se dirigió al aula de química. Su teléfono vibró antes de que pudiese entrar, informándole que tenía un mensaje. Es MinHo. Pensó con una sonrisa tierna.
Efectivamente era el chico, quien le deseaba un buen día y le preguntaba si el sábado asistiría a la discoteca donde siempre se encontraban. Sábado. La cara de TaeMin hizo una mueca; claro que quería encontrarse con MinHo, pero sabía que si no asistía a la reunión con Kai, éste se molestaría a tal punto que no le hablaría por un mes o le golpearía. Suspiró frustrado y decidió entrar al aula sin preocuparse demasiado por contestarle, se preocuparía en qué responder luego.
[ . . . ]
—Taem.— nuevamente el moreno lo había alcanzado.
JongIn tenía un radar para hallar a TaeMin, fuera donde fuera, el menor lograba encontrar al mayor. TaeMin siempre creyó que era algún tipo de poder o telepatía, porque incluso cuando jugaban a las escondidas, Kai siempre sabía dónde hallar a TaeMin.
El mayor bufó y quitó de encima suyo el brazo del moreno. Kai solo pudo mirarlo sorprendido por la actitud arisca del pequeño.
—¿Qué te ocurre?— preguntó fastidiado. Y ahí estaba de nuevo, la horrible personalidad del menor.
—Estoy molesto contigo, Kim.— bramó TaeMin.
—¿Así que ahora soy Kim?— negó divertido. —Muy bien Lee, ¿por qué se supone que estás molesto?— ironizó.
—¡Ya para!— y era la primera vez en sus vidas que TaeMin le alzaba la voz a JongIn.
Los ojos de Kai se oscurecieron y su respiración se volvió pesada. Apretó sus puños con fuerza y sonrió sarcásticamente. No era posible que el niño que nunca le alzó la voz y siempre hacía lo que él dijese, comenzara a revelarse en esos momentos, no era capaz, lo mataría.

ESTÁS LEYENDO
Homophobia
FanficEn un mundo heterosexual, en una sociedad donde lo diferente es anormal, donde la homosexualidad es pecado, un pequeño de 16 años carga con el peso de haberse enamorado de su mejor amigo.